Vallecilla y Fernandez de Rasines, Martin de Biografia
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<center>Capitán general de la Armada de Vizcaya y Almirante de la Armada del Océano a las órdenes de Antonio de Oquendo durante la Guerra de los Treinta Años.
Orden de Santiago presentada en 1622 y concedida en 1624.
Orígenes
Era hijo del capitán de guerra y mar Sancho de Vallecilla y de Casal, distinguido en el siglo XVI, y hermano del almirante Francisco Vallecilla. Éste fue caballero de la Orden de Santiago, y Almirante de las Escuadras de Nápoles, de Vizcaya y de Indias sucesivamente.
Hoja de Servicios
Al parecer vino al mundo por 1570, en la población de Portugalete, por ello muy joven comenzó a navegar, y en ocasiones se distinguió, lo que le favoreció para seguir y alcanzar grados superiores.
En el año 1588, muy joven todavía, formó parte de la escuadra de Guipúzcoa a las órdenes de Oquendo, combatió en la Gran Armada Contra Inglaterra, de infausto recuerdo por las tormentas sufridas, que fueron la causa real de perder algunos buques, aunque sólo fue en una parte de ellos y sus tripulaciones, porque de todas ellas aun regresaron a España 96 velas.
Durante su estancia en Portugalete, tomo parte activa en el gobierno municipal, siendo segundo regidor en 1611, segundo alcalde en 1617, y primer regidor en 1617. Fue en éste último año cuando se decretó la creación de la Escuadra de Vizcaya, siendo nombrado capitán general por ser vizcaíno y experto en artes marineras.
De hecho sirvió más de 38 años el cargo de Superintendente de fábricas y plantíos en el Señorío de Vizcaya, no sin que su gestión suscitase ciertas quejas, de la que queda constancia. Pero es costumbre española quejarse de todo, por lo que nada se consiguió por los que a él se enfrentaban.
Todo porque se había declarado la Guerra de los treinta años, que tuvo lugar entre 1618 y 1648 contra los holandeses, en la cual hubieron momentos, como en toda guerra, de alegría y otros de tristeza, pero no quedaba otra, que defender nuestros territorios ultramarinos de aprovechados invasores, por verse obligada España a atender varios frentes navales al mismo tiempo.
En 1619, fue el encargado de organizar y mandar la llamada Escuadra de Vizcaya. Por ello participó en la construcción de ella, tanto en la construcción de sus galeones y otros buques, como en el nombramiento de sus capitanes y oficiales, por ser la mayoría de la tierra y conocidos. Cinco de los navíos se construyeron en la villa, porque Felipe II le había dado el título de «Villa y puerto de armamento de naves». Debido a las interferencias surgidas entre las autoridades del municipio y las de la escuadra, Vallecilla fue nombrado alcalde extraordinario en 1619 y con esta decisión Real, los problemas se terminaron.
La misión de ésta escuadra era la de contener y para ello enfrentarse a la armada de Holanda durante la mencionada Guerra de los Treinta Años, siendo nombrado Almirante. En los comienzos del siglo XVII, Holanda se había convertido en la primera potencia del comercio marítimo del Atlántico, en detrimento de España, pero como a todos nuestros enemigos, con suerte varia, por ello sólo duro 30 años.
En 1621, almirante ya y al mando de su escuadra, compuesta por nueve velas, recibió la orden de unirse a la del Océano al mando de don Fadrique de Toledo, para combatir a los holandeses, no pudo llegar a realizarlo, a causa del mal tiempo reinante, y por ello se vio obligado a combatir contra ellos, quienes contaban con cincuenta velas. Salió bien librado del trance, consiguiendo entrar victorioso al día siguiente en Cádiz, en una apoteosis proclamada por el pueblo gaditano.
En 1624, volvió con una flota al mando de Antonio de Oquendo, almirante general de la Armada del Océano, dando la vela desde Cádiz con la misma misión de limpiar las Antillas de enemigos. Su actuación fue muy destacada, llegándose a contar en sus victorias 2.300 prisioneros, 143 cañones y unos buques pequeños. Después siguieron sus campañas hasta Portobello y La Habana, desde donde regresó con 8 galeones y 3 pataches, cargados con el situado de las ferias celebradas, lo que representaba varios millones de reales, para la Hacienda Real. Por cierto muy necesitada por el constante gasto en la construcción de nuevos buques.
Encontrándose avituallando sus buques, llegó el aviso de la presencia ahora en aguas de Cabo Verde y Brasil, de buques ingleses, por ello se alistaron rápidamente los buques y de nuevo se hicieron a la mar, a la llegada de la escuadra se enfrentaron a ellos, a quienes vencieron recobrando así San Salvador el 30 de abril de 1625, capturando a muchos prisioneros, porque sus buques los abandonaron en tierra.
Entre 1629 y 1630 permaneció en la flota al mando de Antonio de Oquendo, realizando las operaciones de limpieza de la mar de las Antillas, por estar ahora plagada de corsarios ingleses. Vallecilla, después de pequeños encuentros, en los que siempre consiguió la victoria y ya las aguas más tranquilas, puso rumbo a la Península realizando su arribada a Cádiz el 1 de agosto de 1630.
El siguiente cruce del océano al mando del almirante Oquendo, tuvo lugar una de las victorias que inmortalizaron a éste guipuzcoano. Fue el 12 de septiembre de 1631, cerca de los Abrojos en aguas del actual Brasil, contra una potente armada al mando del general holandés Hanspater. Fue el llamado combate de los Abrojos o de Pernambuco. En este enfrentamiento murió el almirante holandés y 1.900 de sus hombres. Durante el enfrentamiento en este combate, murió su hermano Francisco de Vallecilla.
Martín de Vallecilla falleció en Veracruz, en 1647.
Bibliografía:
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Mariana, Padre.: Historia General de España. Imprenta y Librería de Gaspar y Roig. Madrid, 1849-1851. Miniana fue el continuador de Mariana.
Martínez de Isasti, Lope.: Compendio Historial de Guipúzcoa. Editorial La Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao, 1972. Facsímil de la edición príncipe de 1625.
Real Academia de la Historia - Signatura: 9/323, fº 193. - Signatura anterior: D-49, fº 193.
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