Albo o Alvo, Francisco Biografia
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Piloto mayor de la nao Santísima Trinidad [1]
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Orígenes
No se sabe nada de su vida, sólo que era natural de la isla de Axio, actual de Quíos situada muy próxima a Rodas.
Lo que es posible, dado que la Casa de Contratación de Sevilla, era un faro que a los buenos marinos de toda Europa y Asía Menor les sirvió de guía, para encontrar en tierras todavía más lejanas la posibilidad de mejorar.
Hoja de Servicios
Fue destinado por la misma Casa de Contratación a ser el Piloto Mayor de la expedición de Magallanes, señal de que ya era conocido en ella y había cursado los estudios para poder obtener el título como a tal piloto, por lo que zarpó a bordo de la nao Santísima Trinidad que era la capitana de la expedición.
Al principio de la navegación era el mismo Magallanes quien llevaba el libro de bitácora de la nao, pero llegó un momento en el que no pudo con todo y lo continúo Albo.
Por ello concluyó su trabajo al arribar el día 6 de septiembre del año de 1522 cuando, como piloto de la nao Victoria desembarcaron en Sanlúcar de Barrameda y desde que él comenzó el diario, se habían navegado catorce mil leguas.
Su obra: «Diario ó derrotero del viaje de Magallanes desde la altura del cabo de San Agustín en la costa de Brasil hasta el regreso á España» Estando el original manuscrito en el Archivo de Indias de Sevilla, en el legajo 1º de —papeles del Maluco— Permaneciendo en el anonimato y sin haberse publicado.
A su vez sirve de guía de la derrota para la relación del viaje de la obra del señor Martín Fernández de Navarrete.
Se discute entre estudiosos del tema, porque no hace Albo ninguna referencia a Magallanes, ni siquiera describe su fallecimiento. Parece ser a nuestro entender, que Albo era conciso y se limitaba a anotar las cuestiones náuticas sin entrar para nada en la forma de vivir o en los problemas de convivencia, al contrario que Pigafetta, que intentó con muy mal acierto a decir de los expertos, llegando a realizar un diccionario de las diferentes lenguas de los indígena con los que se encontraron con su traducción al español, trabajo que estaba totalmente fuera de su alcance, así como intentar identificar la flora, que también él no estaba en posesión de los mínimos conocimientos al respecto.
En cambio, aunque contiene errores como es natural, el diario de navegación de Albo es mucho más fiable que el de Pigafetta, pues las coordenadas dadas por uno y otro al mismo punto, eran a veces muy dispares, pero siempre comprobadas después más exactas las de Albo, tanto como intentar hacer creer Pigafetta a todo el que lea su diario que «a veinticuatro leguas divisaron unas islas con montañas muy altas».
A esa distancia sólo ver algo por efecto de la circunferencia de la tierra debía de ser con vista de lince (si es que se podía distinguir algo a simple vista a esa distancia) y desde luego ya podían ser altas las montañas, pues la distancia es equivalente en sistema decimal a algo más de ciento treinta y tres kilómetros.
Actualmente a nivel de mar o de la cubierta de un buque, no es posible distinguir nada a más de unas treinta millas, y si es un radar es imposible detectar nada a esa distancia, impedido no por el alcance del sistema sino por la comentada curvatura del planeta.
En cambio a Pigafetta se le conoce exhaustivamente y a Albo, se le desconoce totalmente. Es una vez más la demostración palpable, que con la pluma bien utilizada se pueden ganar combates que en la realidad se perdieron, pues tanto si se mencionan o no, unos pasan al olvido total y otros escriben lo que le interesa. Luego llegamos los que vamos detrás y nos encontramos con los «huesos cambiados» pero ya es casi imposible cambiar la opinión de quien la está vertiendo desde hace siglos en contra de la «verdad».
Sabemos por noticias de un documento del Archivo Provincial de Sevilla, que en 1536 había ya fallecido en la capital andaluza. Pero una cosa está muy clara, fue uno de los dieciocho que dieron la primera vuelta al planeta para el bien y la grandeza de España, aunque no fuera español.
Notas
- ↑ Uno de los dieciocho que dio la primera vuelta al mundo, terminando con ello la expedición de Magallanes.
Bibliografía:
Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1968. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.
Fernández de Navarrete, Eustaquio.: Historia de Juan Sebastián del Cano. Imprenta de los hijos de Manteli. Vitoria 1872.
Fernández de Navarrete, Martín.: Biblioteca Marítima Española. Obra póstuma. Madrid. Imprenta de la Viuda de Calero. 1851.
Fernández de Navarrete, Martín.: Colección de Viajes y Descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV. Ediciones Atlas. Madrid, 1955.
Pigafetta, Antonio.: Primer viaje entorno al globo. Traducción del original de Pigaffeta. Editorial Francisco Aguirre. Buenos Aires, 1970.
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