Reggio y Gravina Brachiforte y Gravina, Esteban Biografia
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Esteban Reggio y Gravina Brachiforte y Gravina Biografía
Príncipe de Yache y Campoflorido en 1757.
Guardiamarina de la Real Armada Española.
Teniente general de los Reales Ejércitos.
Capitán general de los Reales ejércitos de las Dos Sicilias.
Orígenes
Vino al mundo en la ciudad de Palermo en la isla de Sicilia en 1699, su padre fue don Luis Reggio y Brachiforte Saladino y Colonna, primogénito del Príncipe de Yache (Aci), San Antonio, San Felipe y Campo Florido y su madre doña Caterina Gravina y Gravina descendiente de los Príncipes de Carini y duques de San Miguel con Grandeza de España. Y sus tíos los famosos e ilustres generales de la Real Armada Española, don Miguel y don Andrés Reggio y Brachiforte Saladino y Colonna.
Hoja de Servicios
Su padre en 1717 se encontraba con el cargo de gobernador y capitán general de la provincia de Guipúzcoa, correspondiente a los actuales territorios de Navarra, País Vasco y Cantabria, siendo por ello conocedor de la próxima entrada en servicio de la Real Compañía de Guardiamarinas en Cádiz, presentó su petición para sentar plaza, lo que efectuó el 7 de febrero del propio año, con la máxima edad permitida por el reglamento, pues contaba con 18 años, por ser hijo de quien y la prontitud en pedir la Carta-orden fue el expediente número 1.
En mayo de 1718 embarcó en Cádiz en el navío Santa Isabel, al mando de su tío don Andrés Reggio zarpando con rumbo a Barcelona, donde se concentró la escuadra al mando de don Antonio Gaztañeta para la campaña de Sicilia, zarpando la expedición el 19 de junio siguiente. Participó en las acciones de la toma de la isla, las cuales no se alargaron demasiado por estar los sicilianos apoyando a los españoles, al concluir se les informó que su escuadra de galeras al ver a la británica merodear, había sido enviadas a la isla de Malta.
Por ello don Antonio Gaztañeta ordenó al jefe de escuadra don Baltasar de Guevara, para con su escuadra formada por los navíos San Luis de su insignia y San Juan Bautista más la fragata Hermione, se acercara para reclamarlas y ser devueltas a Sicilia. Por estar ciertamente relajados, se ordenó a su vez que varios guardiamarinas embarcaran en esta escuadra, siendo uno de ellos don Esteban, quien trasbordó al navío insignia.
Justo a su regreso, el 11 de agosto seguido se estaba poniendo el punto final al desastroso combate naval de cabo Passaro, un nuevo ataque británico sin declaración de guerra. No pudiendo hacer nada se mantuvieron alejados.
Al respecto de los sucedido escribe don Juan José Navarro:
- «Y a pesar de la sorpresa de que el ilustrado y experto D. Antonio Gaztañeta fué objeto, y de la bravura de las dotaciones, sangre fría de los oficiales y esmerada construcción de los navíos, solo se echó de menos en todos ciencia naval, disciplina en las evoluciones y táctica de escuadras. Esto bastó para que, en pocas horas, quedase España sin su naciente Armada. Comprobé, pues, este melancólico día, que de nada sirven buenos navíos sin buenos oficiales, que buques se pueden logra en pocos meses, y apenas en muchos años de sólidos estudios, quien dignamente los maneje»
Hubieron reclamaciones diplomáticas por parte de España, de las cuales se consiguió sacar facilidades para canjear a todos los prisioneros, pero ninguna mención de devolver algún buque, entre los cautivos se encontraba don Antonio Gaztañeta, don José Patiño, don Andrés Reggio y Spínola, quienes embarcaron en la escuadra del general don Baltasar de Guevara compuesta por los navíos San Luis y San Juan, la fragata Hermione, de 50 cañones (algunos autores lo dan como navío) y la San Felipe, para no desaprovechar ocasión, en el viaje se cruzaron con una fragata británica, la cual fue atacada y apresada, con ella tres mercantes a los que daba protección, pasando a ser marinados, arribando todos juntos a la bahía de Cádiz el 23 de noviembre seguido.
Pidió el pase al ejército, continuando en la conquista de Nápoles, participando muy activamente en el combate de Bitonto el 25 de mayo de 1734, donde el ejército español al mando del conde de Montemar con treinta mil efectivos venció al austriaco formado por siete mil de ellos y seis mil croatas, corto pero encarnizado combate en el que murieron dos mil cuatrocientos enemigos, siendo hechos prisioneros otros dos mil seiscientos, por parte española fueron trescientos ochenta los muertos, no se mencionan heridos, significando esta victoria el fin de la contienda por la posesión de Nápoles, quedando asegurado don Carlos como rey de las Dos Sicilias.
Alcanzó el grado de teniente general de los Reales ejércitos en 1738.
La reconquista de Nápoles y Sicilia sentó en el trono a don Carlos VII, hijo de don Felipe V, quien llegó al acuerdo de firmar la paz con el Emperador de Austria don Carlos VI, firmando la independencia del reino de las Dos Sicilias en San Lorenzo el Real el 21 de noviembre de 1736, no entrando en vigor hasta ser ratificado en Versalles el 21 de abril de 1739, firmado por Austria — José, príncipe de Lichtenstein, por España – marqués de La Mina y por Francia — Amelot.
Al producirse la independencia de su tierra, elevó petición de pasar a servir a su Rey, siéndole concedido, encontrándose el 10 de agosto de 1744 en la sorpresa de Velletri en el Lacio, ciudad que fue asaltada a viva fuerza arrollaron las tropas de don Carlos VII, por las austriacas al mando del conde de Brown y el marqués de Novati, sufriendo unas bajas de cuatro mil efectivos incluidos los prisioneros, se apoderaron de once banderas, muchos caballos y pertrechos.
Poco después fue enviado como embajador a Madrid donde permaneció hasta junio de 1761, justo poco después de la llegada a España de su anterior Rey como don Carlos III.
A su llegada se incorporó como coronel de los Reales Guardias, al servicio del nuevo rey don Fernando III de Sicilia y IV de Nápoles, donde llegó al obtener el grado de capitán general y presidente de la Junta Real de Sicilia.
Permaneció en sus cargos hasta sobrevenirle el fallecimiento en su casa de Nápoles el 13 de marzo de 1790, cuando contaba con noventa y un años de edad.
Bibliografía:
Blanco Nuñéz, José María.: La Armada española en la segunda mitad del siglo XVIII. Izar. Colección Bazán. Madrid, 2004. Edición no venal.
Cantillo, Alejandro del.: Tratados, Convenios y Declaraciones de Paz y de Comercio desde el año de 1700 hasta el día. Imprenta Alegría y Chalain. Madrid, 1843.
Martínez Friera. Coronel.: Las Batallas de España en el Mundo. Editorial Gran Capitán. Madrid, 1950.
Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.
Vargas y Ponce, Josef de.: Vida de D. Juan Josef Navarro, primer marqués de la Victoria. Colección de Varones ilustres de la Marina Española. Imprenta Real. Madrid, 1808.
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