Vasco y de Vargas, Jose Biografia
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José Vasco y de Vargas Biografía
Jefe de escuadra de la Real Armada Española.
Caballero de la Militar Orden de Calatrava.
I Conde de la Conquista de las Islas Batanes.
I Vizconde de San Ildefonso.
Orígenes
Vino al mundo en la ciudad de Ronda, en el año de gracia de 1733, siendo sus padres, don Francisco Vasco Valderrama y de su esposa, doña Josefa de Vargas Rivera.
Hoja de Servicios
Elevó petición y se le concedió la Carta-orden de ingreso, sentando plaza de guardiamarina, en la Compañía del Departamento de Cádiz, el día 6 de diciembre del año 1750. Expediente N.º 527.
Al terminar sus estudios tanto teóricos como prácticos, se le ascendió al grado de alférez de fragata el día 20 de marzo del año 1754, siendo destinado como oficial subalterno a la mejor escuela de guerra y náutica de la época, comisionado en diferentes buques en el corso para combatir el que realizaban las regencias norteafricanas contra el tráfico marítimo de España.
En una de sus arribadas se le entregó la Real orden fechada el día 1 de diciembre del año 1757, por la que se le ascendía al grado de alférez de navío, continuando en la misma comisión, trasbordando de un buque a otro, teniendo su bautismo de fuego al participar en dos combates contra buques berberiscos.
En el año 1761, se le ordena trasbordar al navío Aquilón, perteneciente a la escuadra del marqués del Real Transporte, con la que zarpó rumbo a la Habana, estando en esta ciudad se le entregó al Real orden con su ascenso al grado de teniente de fragata, fechada el día 12 de abril del año 1762, participando en la defensa del Morro de la Habana contra el ataque de los británicos, donde estuvo, en las posiciones sucesivamente de las alturas de Cabañas, en el propio Castillo del Morro y por último en la Puerta de Punta, donde al acordarse la rendición fue hecho prisionero, al igual que todos los defensores en condiciones de regresar a la península.
El regreso a la península de las fuerzas españolas vencidas se efectuó, por dos fragatas en las que iban el gobernador de la plaza Juan de Prado y el general Hevia con sus estados mayores, en otro buque iba el conde de Superunda y don Diego Tabares, en otras nueve, las tropas del ejército, y en dieciocho más, los oficiales, tropa y marinería de la escuadra, en total eran treinta buques de transporte, repatriándose así a los defensores de la Habana con destino a Cádiz, donde arribaron el día 31 de octubre del mismo año 1762.
Continuo su carrera, pues no estaba implicado directamente en el mando de la defensa, así regresó de nuevo al corso en el Mediterráneo, en una de sus arribadas a la bahía de Cádiz se le entregó la Real orden con fecha del día 3 de septiembre del año 1767, con su ascenso al grado de teniente de navío, al poco tiempo se le ordenó embarcar, realizando un viaje redondo tocando en los puertos de la Guaira, Cartagena de Indias y Portobelo.
Se le otorgó el mando de un jabeque, con el que realizó una hazaña, pues persiguió hasta hacer capitular a uno igual, a pesar de que el enemigo se había refugiado bajo el fuego de las baterías de la plaza de Tetuán, pero no abandonó a la presa a pesar de sufrir un duro fuego enemigo, además de caer él mismo herido en esta acción, consiguió sacarlo de su escondite y apresado, entregarlo en la bahía de Cádiz.
Encontrándose en este Departamento le fue entregada la Real orden del día 21 de abril del año 1774, por la que se le ascendía al grado de capitán de fragata, al poco tiempo se le otorgó el mando de una, con la que desempeñó comisiones entre las poblaciones de España, pasando en otras a Francia y a Nápoles, al regreso se le dio por orden superior su nuevo destino en las islas Filipinas, a su apostadero de la capital, Manila; estando allí le llegó la Real orden del día 31 de agosto del año 1776 por la que se le nombraba Gobernador y Capitán General del archipiélago, siendo a su vez responsable por quedar afecta a tan alto cargo, la Presidencia de la Audiencia y su Chancillería en la misma capital, permaneciendo en aquellas islas, donde por sus gratos servicios al Rey, recibió la Real orden del día 28 de noviembre del año 1778, con el ascenso al grado de capitán de navío, continuando en su cargo, recibió otra fechada el día 21 de octubre del año 1782, por la que era ascendido al grado de brigadier. Permaneciendo destinado en el Archipiélago nueve años y cuatro meses.
Durante su mandato, se vio obligado a formar una expedición, para devolver a la calma el archipiélago de los Batanes, con el apoyo del fuego de los buques, desembarcó a las tropas en el principal puerto del foco del levantamiento, siendo el hoy denominado como Santo Domingo Vasco, utilizando la fuerza de las armas cuando los cabecillas se negaban a la obediencia, en otras ocasiones con buenos diálogos se conseguía apaciguar los ánimos, al tranquilizarse todo el territorio nombró Gobernador y una pequeña administración para saber en todo momento como funcionaba la zona, ésta se encontraba al Norte de la isla de Luzón.
Regresó a la península a primeros del año 1786, teniendo que pasar por el Juicio de Residencia, en el que se comprobaron todas sus actividades y gastos en todos los ramos, que no eran pocos, pues estaban comprendidos los de Estado, Guerra, Marina, Hacienda, Justicia, Policía y Patronato Real, teniendo que pasar por cada uno de los Supremos Consejo de Estado, pero como nada tenía que ocultar, solo perdió el tiempo empleado para que los tribuales leyeran sus documentos, pues salió de todos ellos con el veredicto de beneplácito de los Consejos y a plena satisfacción del gobierno y S. M.
Tanto por el buen cumplimiento de sus deberes y las buenas formas demostradas, S. M. se lo agració con dos títulos, uno como Vizconde de San Ildelfonso por su grata labor desempeñada en el Gobierno del archipiélago, y el de Conde de la Conquista de las islas Batanes, por devolver la paz a aquellos territorios de España.
Se encontraba destinado en el Departamento de Cádiz, cuando le fue entregada la Real orden con fecha del día 14 de enero del año 1789, con su ascenso al grado de jefe de escuadra.
Al poco tiempo fue llamado a la Corte, donde permaneció un tiempo, hasta que le fue entregada una Real orden con fecha del día 18 de abril del año 1794, por la que el rey don Carlos IV, le otorgaba el gobierno militar y político de la ciudad de Cartagena, donde permaneció durante dos años y cinco meses.
Al finalizar su mandato en el año 1796, S. M. le ofreció de nuevo los mismos cargos en el Puerto de Santa María y posteriormente como Gobernador Militar de la ciudad de Lérida, pero dada su enfermedad que se iba agravando, le obligó a renunciar a sus nuevos y sucesivos cargos, elevando a su vez la petición de licencia para pasar a residir a la ciudad de Málaga, quedando por ello con licencia ilimitada.
Falleció en la ciudad de Málaga, el día 22 de diciembre del año 1805, después de varios achaques de una larga enfermedad, que padeció durante algo más de veinticinco largos años.
Bibliografía:
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Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.
González de Canales, Fernando. Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Tomo II. Ministerio de Defensa. Madrid, 2000.
Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.
Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.
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