Aristegui y Velez Ladron de Guevara, Rafael de Biografia
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Rafael de Arístegui y Vélez Ladrón de Guevara Biografía
Teniente de navío de la Real Armada Española.
Teniente general del Ejército.
Caballero Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando de 4ª clase. 25 de junio de 1834.
Caballero de la Militar Orden de Santiago.
Gran Cruz de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III.
II Conde de Mirasol.
Ministro de Marina y Guerra.
Orígenes
Vino al mundo el 15 de enero de 1794 en la población de Jerez de la Frontera, siendo sus padres don Luis de Arístegui y Rubín, I Conde de Mirasol y caballero de Santiago, y doña Antonia Vélez Ladrón de Guevara y Benítez, hija de los Condes de Guevara.
Hoja de Servicios
Comenzó su carrera militar ingresando como soldado en el batallón de voluntarios de su población a finales de mayo de 1808, en ocasión del producirse el alzamiento nacional contra el invasor napoleónico, cuando contaba con tan solo catorce años de edad, permaneciendo en ella hasta ingresar en la Real Armada.
Sentando plaza de guardiamarina con dispensa de edad el 20 de agosto de 1809 en la Compañía del Departamento de Cádiz. Expediente N.º 2.336.
Las necesidades del momento y su preparación por orden superior se le ordenó embarcar en el navío Algeciras, al mando de don Francisco Mourelle zarpando el 16 de noviembre de 1809 con rumbo a la Habana, de donde pasó por haber comenzado la insurrección en el virreinato de Nueva España a Veracruz, quedando incorporado a las tropas de guarnición en la fortaleza de San Juan de Ulúa, recibiendo en la defensa de la posición su bautismo de fuego, le fue entregada en 1811 la notificación de su ascenso a alférez de fragata.
Permaneció hasta 1813 por recibir la orden de regresar a la bahía de Cádiz, al desembarcar se le nombró subteniente en el I Regimiento del Real cuerpo de Infantería de Marina, al ir retirándose los invasores pasó a Madrid, pasando más tarde de nuevo a Cádiz junto a su unidad en 1819, ocupando el cargo de ayudante, habiendo sido ascendido a alférez de navío.
Al llegar se le ordenó embarcar en el navío España (ex-ruso), formando parte de una escuadra con destino a Buenos Aires, pero el alzamiento en Cabezas de San Juan del general Riego el 1 de enero de 1820 retrasó la salida, el mal estado a que llegaron los alimentos desencadenó una epidemia en el buque diezmando la dotación, al mismo tiempo la expedición quedó anulada por los acontecimientos políticos.
Trasbordó al bergantín Diligente zarpando con rumbo a la Habana y posteriormente a Veracruz, donde volvió a enfrentarse a la creciente insubordinación en el virreinato, realizó varios viajes a la Habana con correspondencia oficial y particular, a finales del 1820 embarcó en la goleta Mágica con destino a la bahía de Cádiz, donde fue cargada con pliegos zarpando de nuevo con rumbo a la Habana, pasando a Veracruz, refugiándose toda la población en el castillo de San Juan de Ulúa, por su heroísmo se le ascendió al grado de capitán del Real Cuerpo de Infantería de Marina, regresando a Cádiz.
Se encontraba en su puesto cuando llegaron los ‹Cien Mil Hijos de San Luis› en septiembre de 1823, recibiendo la orden de embarcar en el navío Asía bombardeando a los enemigos (que no lo eran tanto), quedando de manifiesto por acudir el Rey al cuartel general del duque de Angulema y éste le devolvió sus poderes absolutos en 1 de octubre siguiente, retirándose los supuestos enemigos hasta traspasar de nuevo los Pirineos.
Fue ascendido en 1824 al grado de teniente de fragata y por Real orden del 14 de julio de 1825 se le ascendió al grado de teniente de navío, siendo elegido por el capitán general de la Armada don Juan María de Villavicencio como su ayudante personal.
Permaneció en su puesto hasta pedir el pase al ejército, siéndole concedido por Real orden del 1 de febrero de 1827, pasando al primer regimiento de la Guardia Real de Infantería como capitán del segundo batallón, este mismo año fue destinada su unidad a combatir a Cataluña contra los malcontentos, hasta apaciguar por las armas el territorio, regresando a Madrid.
En 1832 alcanzó el grado de brigadier regresando a la isla de Cuba, más tarde fue nombrado segundo cabo (segundo jefe) de la isla de Puerto Rico, pero no llegó a moverse de Cuba, por circunstancias que desconocemos, por ello se le ordenó regresar a la península, donde fue destinado como gobernador de Calatayud, de donde salió con tropas por ser comisionado a pasar revista de armas al regimiento provincial de Córdoba, estando sobre la población de Jarque (Zaragoza) fue atacado por una fuerza carlistas, a pesar de su inferioridad numérica les izo frente con tanto tesón y valor que les obligó a retirarse, pero en el encuentro recibió graves heridas. Por esta acción más tarde tras sufrir el pertinente consejo contradictorio le fue concedida la, Cruz Laureada de la Real y Militar Orden de San Fernando de 4ª clase, siendo así el primer marino (aunque ya no lo era) en recibir la de esta categoría.
La gravedad de las heridas sufridas le mantuvo alejado de los cuarteles varios meses, al estar activo se reincorporó en el ejército del Norte, donde participó en los combates sobre Artaza, Altos de la Descarga y el primer sitio de Bilbao, donde permaneció los veinte días de su duración, por esta acción se le concedió el ascenso al grado de mariscal de campo (jefe de escuadra), pasando a ocupar sucesivamente los cargos de comandante general de Castellón, Tortosa y Teruel.
En 1836 participó en el combate de Arlabán, pero al parecer aun se resentía de sus heridas, por ello se le nombró gobernador de Cartagena, donde permaneció hasta el año siguiente por pasar de nuevo a la campaña del Norte.
Estuvo en primera línea hasta 1838 por ser destinado de segundo cabo de la isla de Cuba, encontrándose en su puesto le llegó la Real orden notificándole su ascenso a teniente general y con él el nombramiento de capitán general de Puerto Rico, donde permaneció hasta 1847, por recibir a orden de regresar a la península.
Al llegar se le nombró capitán general de Castilla la Nueva, donde permaneció hasta recibir la orden en 1850 de regresar a Cuba, produciéndose el desembarco del insurrecto Narciso López, razón por la que se le nombró comandante general de toda la isla, pero en el mismo año regresó a península donde fue nombrado capitán general de Andalucía.
En 1851 paso por ser elegido a ocupar el cargo de Ministro de la Guerra, solo estuvo unos días por ser nombrado consejero extraordinario de Ultramar, puesto en el que permaneció hasta ser nombrado Ministro de Marina el 14 de diciembre de 1852, ocupando el sillón hasta el 14 de abril de 1853, al abandonar el ministerio regreso a Sevilla como capitán general de Andalucía, cesando en 1854.
En 1856 fue nombrado director del cuerpo y cuartel de Inválidos en la capital de España, hasta sobrevenirle el fallecimiento por causas naturales el 9 de noviembre de 1863, cuando contaba con sesenta y nueve años de edad, de ellos cincuenta y cinco de ejemplares servicios a España.
A parte de las mencionadas condecoraciones y entre otras estaba en posesión de: Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y Gran Cruz de la Real Orden Americana de Isabel La Católica.
Bibliografía:
Ceballos-Escalera y Gila, Alfonso de y Luis de, e Isabel Sánchez, José Luis.: La Real y Militar Orden de San Fernando. Palafox & Pezuela. Madrid, 2003.
Ceballos-Escalera y Gila, Alfonso de. Vizconde de Ayala, Ceballos-Escalera y Gila, Luis de, y Madueño y Galán, José María.: Los Marinos en la Orden de San Fernando. Ministerio de Defensa. Madrid, 2011.
Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.
Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.
Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.
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