Elcano (1885)

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Construcción:

Aunque fue clasificado como crucero de 3ª clase, por su artillería de 120 mm, era un simple cañonero con casco de hierro y 1ª clase, por su tonelaje y escasa velocidad. También fueron clasificados como cañoneros torpederos.

A la misma serie pertenecían los cañoneros General Concha, General Lezo y Magallanes. Eran de un proyecto de 1882 del Programa Naval del ministro de Marina don Francisco de Paula Pavía, de 1887-1888.

Se colocó su quilla en La Carraca, Cádiz, el 3 de marzo de 1882, el mismo día que el cañonero Magallanes y en presencia de los reyes. Botado el 28 de enero de 1884, también el mismo día que el Magallanes. Costó 312.500 pesetas.

Desplazaba 548 toneladas. Medía 48 metros de eslora, 8 de manga, 4,19 de puntal y 3,40 de calado. Tripulado por 95 hombres.

Con una máquina de 600 caballos, construida por la empresa Portillo White & Cía., y dos hélices, tenían una velocidad de 11,5 nudos y radio de acción de 1.200 a 1.300 millas. Capacidad para llevar 80 toneladas de carbón.

Armado con 2 cañones Hontoria de 120 mm, 2 ametralladoras Nordenfelt de 25 mm, una de 11 mm y dos tubos lanzatorpedos.

Historial:

Entregado a la Armada en 1885. Junto al cañonero de su misma serie General Lezo, es enviado a las islas Filipinas. Quedó destinado en la División Naval del Sur, en Ilo-Ilo.

En abril de 1891 se realizaron operaciones contra los rebeldes en la isla de Mindanao. Dirigió las mismas el general Weyler, capitán general de Filipinas. La escuadra zarpó de Manila el 14 de abril y las operaciones se llevaron a cabo entre los meses de mayo y agosto. Tomaron parte el crucero Antonio de Ulloa, los cañoneros Elcano y General Lezo, los transportes Manila, San Quintín, Cebú y otros buques menores. Apoyaron varios desembarcos de tropas en el mes de mayo, colaborando con el Ejército hasta la pacificación de la zona septentrional de la isla de Mindanao.

Cuando comenzó la guerra con Estado Unidos, seguía destinado lejos de Cavite. En aguas de Panay apresó, el 28 de mayo de 1898, a la fragata norteamericana Savannah, que llegaba de Australia con un cargamento de 1.640 toneladas de carbón.

Con el final de la guerra de 1898, era uno de los buques que no había sido hundido. Al no ser capturado por el enemigo y por el tratado de paz, pudo venderse a los norteamericanos, al igual que otros cañoneros españoles, el Paragua, Mindoro, Pampanga, Quirós, Villalobos, Urdaneta y otros.

Con sus nuevos dueños, combatió a los insurgentes filipinos que se alzaron contra los norteamericanos. Se convirtió en el P-30 y en el año 1921 en el PG-38. Fue hundido el 4 de octubre de 1928, en unas maniobras de tiro.

Bibliografía:

Aguilera, Alfredo y Elías, Vicente.: Buques de guerra españoles, 1885-1971. Editorial San Martín. Madrid, 1980.

Bordejé y Morencos, Fernando de.: Crónica de la Marina española en el siglo XIX, 1868-1898. Tomo II. Ministerio de Defensa. Madrid, 1995.

VV.AA.: El Buque en la Armada española. Editorial Sílex. Madrid, 1999.

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