Estrada y Arnaiz, Rafael Biografia
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Orígenes
Vino al mundo en el Ferrol, donde en ese momento estaba destinado su padre, el posteriormente vicealmirante don Ramón Estrada Catorya, el día veinticuatro de octubre del año de Gracia de 1884.
Hoja de Servicios
Por lo que no es de extrañar, que muy pronto sintiera la llamada de la mar, por ello a los catorce años sentó plaza en la entonces Escuela Naval Flotante, a bordo de la fragata Asturias, el día tres de junio del año de 1899.
Obtuvo el grado de guardiamarina el día cuatro de febrero del año de 1902, en este grado comenzó sus prácticas náuticas, siendo embarcado en el crucero Extremadura, estando a su bordo el rey don Alfonso XIII en su visita oficial a las islas Canarias, pasando después en visita oficial al Reino Unido, a su regreso y después de algunas navegaciones más, en el año de 1905 abandonó la Escuela Naval con el grado de alférez de navío.
Ya como oficial subordinado y en el mismo buque, realizó crucero visitando de nuevo el Reino Unido, Alemania y Rusia, al regreso de éste, se le ordenó trasbordar al crucero Infanta Isabel, con el que participó en el mes de agosto del año 1907 en la ocupación de Casablanca, pasando posteriormente a la Guinea Española.
Al regresar, se le ordenó trasbordar al buque planero Urania, con el que participó en el levantamientos de las cartas náuticas en el Cantábrico, entre ellas las de la rías de Ferrol, Ares y Coruña, por sus buenos resultados y excelente trabajo, se le ascendió el día veintidós de junio del año de 1912 a teniente de navío.
Aprovechó para realizar los estudios del curso de Hidrografía, el cual paso sin ningún problema; embarcado en el yate real Giralda, participó en las primeras pruebas de la telegrafía sin hilos, siendo ascendido al grado de capitán de corbeta en el año de 1920.
Fue destinado de nuevo al buque planero Urania, con el que realizó el levantamiento de las cartas náuticas de las islas Chafarinas y de las aguas de Ceuta, así como de toda la costa norte de África, entre esta ciudad y la de Melilla, ya que se tenían planes de futuro y se debía de estar lo más al día posible del estado de las costas, y de paso de sus defensas.
Se le otorgó el mando del transporte Almirante Lobo, con el que participó en las previsiones hechas realidad del desembarco de Alhucemas, que tan buenos frutos tuvo para España. Siendo el primer desembarco de la época moderna en territorio hostil.
Con fecha del día veinte de septiembre del año de 1929, se le ascendió al grado de capitán de fragata, entregándole el mando del cañonero Canalejas, con el que cumplió el año de embarque obligatorio.
Al dar por finalizado el mando, realizó los estudios de Estado Mayor de la Escuela de Guerra Naval, al finalizar éstos con agrado de sus jefes, se le destinó al Ministerio de Marina, en el que se aplicó y realizó un gran trabajo técnico, merced a ellos, se le comisionó como Delegado de España en la Conferencia Internacional de Balizamiento y Alumbrado de Costas, pasando casi directamente a su término, con igual cargo a la Conferencia Hidrográfica Internacional de Mónaco.
En septiembre del año de 1933, fue de nuevo comisionado para representar a España, en la Unión Geodésica y Geofísica Internacional, que tuvo lugar en la ciudad de Lisboa. Al regresar de esta comisión, realizo el curso en la Escuela de Guerra Naval.
En el año de 1934, fue elegido Presidente de la sección de astronomía, geodesia, geofísica y geografía de la «Asociación Española para el progreso de las Ciencias.»
Por sus grandes conocimientos y no menos dotes de buen conversador, se le destinó como Agregado Naval en la Embajada de España en Roma.
Estando en este destino, sobrevino el día dieciocho de julio del año de 1936, su reacción fue la de proclamarse del lado de los sublevados, lo que facilitó la llegada de un nuevo embajador y su regresó a España, al hacerlo en el mes de enero del año de 1937, se le ascendió al grado de capitán de navío.
Durante la guerra, fue comandante por un corto periodo de tiempo del crucero Baleares, pasando el día diez de octubre del año de 1937 a tomar el mando del crucero Canarias, permaneciendo en el puesto hasta el día veintiocho de agosto del año de 1938.
Resumiendo su actuación en la guerra; dió escolta a cuarenta y ocho convoyes, apreso ocho buques mercantes con armamento para los revolucionarios, realizó minados y bombardeos de puertos, y mantuvo dos enfrentamientos navales con la escuadra revolucionaria, siendo uno de ellos en el que fue hundido el crucero Baleares, por ser el insignia de la división de cruceros e ir en cabeza de la línea, en él falleció su jefe el contralmirante Vierna, siendo Estrada el que redactó el parte del combate.
Con fecha del día veintiséis de agosto del año de 1938, fue ascendido al grado de contralmirante y nombrado subsecretario de Marina, estando de residencia donde en ese momento estaba el gobierno sublevado, que era la ciudad de Burgos.
Al finalizar la guerra, se le nombró secretario general del Ministerio de Marina y conjuntamente por sus conocimientos, vocal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
En el año de 1945 se le eligió como Académico de la Real Academia de la Lengua.
Fue ascendido a vicealmirante y nombrado Capitán General del Departamento Marítimo de Cartagena y posteriormente, con el mismo cargo, en el de Cádiz, donde tuvo que utilizar muy firmemente sus dotes de diplomático, por los continuos enfrentamientos por el tema del dominio del Estrecho y de la Roca más el sempiterno tema de las aguas jurisdiccionales del Peñón; permaneciendo en el puesto por espacio de siete años.
Se le nombró comandante General de la Flota, al dejar este mando se le ascendió a Almirante y al poco tiempo, se le nombró Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada, permaneciendo en el hasta su pase a la reserva por cumplir la edad reglamentaria, siendo el día veinticuatro de octubre del año de 1954.
Pero no se le dejó, ya que fue nombrado sucesivamente, presidente-delegado del Instituto Social de la Marina, vocal del Consejo Ordenador de la Marina Mercante y procurador en Cortes.
Le sobrevino su fallecimiento en el cargo de sus obligaciones, el día dieciocho de octubre del año de 1956.
A parte de los altos cargos ya citados, tanto militares como civiles era; Académico de número de la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias y Artes de Cádiz; Academia Gallega; Presidente de la Asociación Española para el Progreso de la Ciencia, en la que dejó una huella palpable, pues en unión del doctor-ingeniero don José María Torroja y Miret, la colocaron a un muy buen nivel dentro de las posibilidades del momento histórico; vocal de la Junta del Patronato del Museo Naval y por último fue elegido, Presidente del Año Geofísico Internacional, entre 1956 y 1958 a pesar de su fallecimiento en honor a su gran labor tanto nacional como internacional, ratificando con este nombramiento un reconocimiento unánime e internacional a su persona y el único caso conocido.
A su fallecimiento, estaba en posesión de veintiséis condecoraciones, tanto nacionales como extranjeras, así como civiles y militares, pues igual que supo empuñar la espada, lo hizo con la pluma, dejando una imperecedera obra por su fructífera investigación tanto Histórica como Científica.
De los múltiples artículos publicados en la Revista General de Marina, hay que destacar:
«El Servicio Hidrográfico»; «Aplicaciones de la acústica submarina.»; «Nuevo aparato para hallar la dirección del meridiano magnético.»; «La oficina Hidrográfica Internacional.»; «La nueva navegación astronómica.»; «Los sondadores acústicos y ultraacústicos.»; «La moderna navegación astronómica, marítima y aérea.»; «Los faros ultraacústicos.»; «De náutica astronómica.»; «El «Nautical Magazine.» y «Mr. Goodwin.»; «Breve comentario (al estudio sobre navegación moderna del contralmirante Luis de Ribera).»; «Medio siglo a través de la Revista General de Marina.»; «A propósito de la biografía del almirante Lobo.»; «Epistolario Interesante.» (con los marinos de la guerra de 1898); «La Conferencia Hidrográfica Internacional de 1929.»; «Testigos de una época que desaparece.» (Premio Álvaro de Bazán de la Revista General de Marina); «El viaje de las corbetas Descubierta y Atrevida y los artistas de la expedición 1789-1794.»; «La carta náutica más antigua que España conserva.»; «La Conferencia Internacional de Lisboa de Balizamiento y Alumbrado de Costas.»; «Una visita a las islas de la Madera y Azores.» y «Un crucero por Argelia y Túnez.»; «La educación técnica de los náuticos.» publicada en el Boletín Náutico de Barcelona. «Panorama náutico-astronómico.» publicado en la revista Las Ciencias, de Madrid. «La Victoria en el mar.», en una versión española de la obra del almirante William Sowden Sims. «Biografía de don Antonio de Oquendo».
Bibliografía:
Barceló-Fortuny, José Mª.: Historia y Estela del Crucero Canarias. Almena. Mdrid, 2004.
Enciclopedia General del Mar. Garriga 1968. Compilada por José María Martínez-Hidalgo.
Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo Suplemento 1955-1956, 1960, páginas 275 y 276.
González de Canales, Fernando.: Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Tomo II. Ministerio de Defensa. Madrid, 2000.
Moreno de Alborán y de Reyna, Fernando y Salvador.: La Guerra Silenciosa y Silenciada. Historia de la campaña naval durante la guerra de 1936-39. Impreso en Gráficas Lormo. S. A. 1998.
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