Estrada y Posada Balbin y de la Concha, Nicolas de Biografia
De Todoavante.es
Teniente general de la Real Armada Española.
Cruz de Caballero de la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III, pensionada.
Contenido |
Orígenes
Vino al mundo en la comarca del Valle de Peón perteneciente a población de Villaviciosa el 6 de mayo de 1745, fueron sus padres don Antonio Estrada Ramírez y Balbin, y de su esposa doña Josefa Marta Pomposa Posada y Concha. [1]
Hoja de Servicios
Se le otorgó la Carta Orden con catorce años, edad mínima de acceso, sentando plaza de Guardiamarina en la Compañía del Departamento de Cádiz, el 23 de septiembre de 1765. Expediente N.º 961.
Realizó sus estudios con muy buenas notas, pasando a realizar la instrucción náutica en la escuadra de protección de la recalada de las flotas de Indias, navegando entre los cabos de San Vicente y Santa María.
Por sus formas y rápido aprender, se le ascendió al grado de alférez de navío en 1771, siendo destinado a la escuadra del mando del general Reggio.
En 1775 se declaró la guerra al sultán de Marruecos, Sidi Mohamad ben Abdalá, para hacer frente a ella, se envío una escuadra al mando del General don Pedro Castejón, con la misión de apoderarse de Argel, en ella formaba parte como aviso de descubierta el jabeque Pilar, a cuyo mando iba Estrada.
Participó con su bote armado en el desembarco de las tropas al mando del general O’Reilly, pero ante el desastre de esta acción, tuvo que reaccionar con mucha energía, para poder salvar a la mayor parte posible de las tropas desembarcadas, por lo que fue mencionado entre sus jefes, por la demostración de valor ante la adversidad del momento.
Casi sin descanso, en febrero del mismo año volvieron a hacerse a la mar para acudir al socorro de Melilla, cubrió con una maniobra de diversión, la salida de las tropas de la plaza, para que atacaran las posiciones de artillería del enemigo, sirviendo de mucho su apoyo al tener que estar pendientes los berberiscos de dos frentes, por lo que las tropas consiguieron desmontar las piezas enemigas.
Pasó destinado a la fragata Santa Teresa, que asignada a las fuerzas navales del departamento de Cádiz, tenían la misión de proteger las aguas del Estrecho, en cuya comisión permaneció poco tiempo.
Ya en 1776 se formó la expedición para desalojar a los portugueses del Brasil, siendo la escuadra del mando del marqués de Casa-Tilly y el ejército al mando del general Ceballos, por lo que se le dio ya el mando de la fragata Júpiter, a pesar de no tener el grado para su mando, lo que dice mucho de él, siendo muy distinguido en la acción de la toma de la isla de Santa Catalina.
A su regreso, se le destinó al apostadero de Tánger, teniendo a sus órdenes los jabeques Mallorquín de su mando y el Garzota, un día en los que se encontraban realizando su crucero, divisaron a tres velas, ordenando navegar a su encuentro para su reconocimiento, pero al ir acercándose los españoles, los sorprendidos desplegaron su pabellón que era el británico, siendo tres bergantines se confiaron de su mayor número, así que los esperaron y entablaron combate, siendo los Sally-Raquel, Polly y Delfín, después de enconado combate se tuvieron que rendir, fueron apresados y marinados hasta el apostadero de Tánger.
Un tiempo después y en otro crucero de vigilancia, volvió a encontrarse con otros tres jabeques berberiscos, pero estando en su persecución de pronto la mar se arboló, lo que le obligó a desistir e intentar buscar refugio, consiguiendo por su pericia náutica el arribar al puerto de Cartagena, pero al entrar se asombraron de ello los que estaban en tierra, ya que por el temporal lo hacía sin los palos trinquete y mayor, así que solo a base de remos consiguió su objetivo.
En 1781 navegaba en conserva con el jabeque San Sebastián, que estaban al mando del capitán de navío don José de Salazar, realizando los consabidos cruceros de protección a la recalada de las flotas de Indias.
Estando a la altura del cabo de San Vicente avistaron una vela, rápidamente buscaron el rumbo de vuelta encontrada, al estar cerca advirtieron que era una fragata británica, la cual por su mayor potencia de fuego les esperó, así se entabló combate que terminó sobre dos horas después, con la rendición del buque corsario, que fue apresado y marinado hasta Cádiz.
La fragata resultó ser la Emperor del porte de 26 cañones, que fue reparada y pasó a formar parte de la Real Armada con el nombre de Salazar.
Pasó a formar parte de la división de don Francisco de Vera, en uno de los habituales cruceros, se encontraron con un paquebote danés, que a su vez había sido apresado por corsarios mahoneses, a los que combatieron, consiguiendo represar a la Galera de Amsterdam, así devolvieron la libertad a los apresados y a su nave, pasando los corsarios a los buques españoles.
Su buque encalló en una laja a la altura del fuerte de Santa Ana, así que procedió a verificar los daños, y viendo que era recuperable, ordenó el desembarcar todo lo que se transportaba, pero al hacerlo con la pólvora hubo una explosión seguida de un incendio, lo que produjo la baja de un hombre muerto y varios heridos, entre ellos el alférez de fragata Antonio Van Halen. Se pudo apagar el incendio y remolcar al jabeque al interior del puerto, donde fue reparado en breve tiempo volviendo al servicio activo.
Participó en la toma de Mahón, que tuvo lugar el 29 de agosto de 1781, habiendo concurrido a cuantas acciones le fueron ordenadas, desde el bloqueo inicial hasta la rendición de la ciudad y parte de las fortalezas. Pie a tierra concurrió como un infante más a la conquista del castillo de San Felipe, hecho que tuvo lugar el 4 de febrero de 1782, siendo ascendido a capitán de fragata por su demostrado valor.
Al poco pasó de nuevo a Cádiz, participando en el gran bloqueo de Gibraltar, en el que se le dio el mando de la batería flotante Tallapiedra, en la que estaba el jefe de las tropas de desembarco el príncipe de Nassau. Al ser incendiada por el efecto de las «balas rojas», se mantuvo firme en su puesto a pesar de estar herido y del fuego que lo rodeaba todo, pero no la abandonó hasta que el último de sus hombres no lo había ya realizado.
Pasado informe del príncipe de Nassau a sus Jefes, estos decidieron el ascender a Estrada al grado de capitán de navío, así que en el mismo año fue ascendido dos veces.
A lo largo de estos diez años, tuvo el mando de diferentes navíos, con los que se perfeccionó en su manejo, por Real orden del 26 de abril de 1793 se le otorgó el mando del navío San Dámaso, con el que se unió a la escuadra del general don Francisco de Borja, participando en mayo en la campaña de Cerdeña, regresando al Arsenal de Cartagena en el mes de julio, desde donde zarpó con orden de regresar a la escuadra y permanecer en protección de ella cruzando entre las costas de Francia y de Península Itálica. Al terminar la guerra con la firma de la paz se le destino de nuevo al Arsenal de Ferrol, donde permaneció cruzando por aquellas costas y las del mar Cantábrico.
Con fecha del 25 de enero de 1794 recibió la Real Órden por la que era ascendido al grado de brigadier, pasando un tiempo destinado en tierra, hasta que con fecha del 1 de julio de 1795, se le otorga el mando del navío Mejicano en el que un tiempo más tarde fue elegido por el general don José de Córdova como su buque insignia, estuvo realizando cruceros con la escuadra por el mar Mediterráneo, hasta que a fines de 1796 la escuadra arribó al Arsenal de Cartagena, recibiendo orden de desembarcar.
Al sufrir la escuadra el desafortunado combate del cabo de San Vicente, fue destituido el general don José de Córdoba y entregado el mando de ella y su reorganización al general don José de Mazarredo, quien le llamó para otorgarle el mando del navío Guerrero, que formaba parte de la escuadra del mismo general, que se encontraba bloqueada por la escuadra británica, participando en la salida que ordenó su general en 1798, en persecución de la bloqueadora cuando ésta tuvo que abandonarlo, pero el intento de darle alcance fracasó.
Realizaron una segunda salida con rumbo a Cartagena, donde se unió a la francesa del almirante Bruix, zarpando con rumbo al Arsenal de Cádiz y desde aquí pasaron al arsenal francés de Brest, teniendo muy a su pesar dejar el mando y desembarcar por enfermo, siendo trasladado al Arsenal de Cádiz por tierra, llegando al dicho Arsenal el 1 de febrero de 1801.
El 16 de febrero de 1802, se le entregó el mando del navío Santo Domingo, con el que realizó un típico tornaviaje con arribada a Veracruz cargado de azogues, desembarcó estos y cargo los caudales de las rentas, zarpando con rumbo a la Península arribando en el mes de septiembre del mismo año a la bahía de Cádiz.
Fue ascendido por Real orden del 5 de octubre del mismo año al grado de Jefe de Escuadra, por lo que desembarcó de su buque.
El 9 de julio de 1803, se le nombró Comandante General de los Tercios Navales de Poniente.
El 27 de diciembre de 1807 se le nombró Comandante General del Arsenal de Cartagena, estando ya en él al siguiente año, sucedió el luctuoso asesinato del general Borja que era el capitán general del Departamento marítimo, por un motín, que como todos eran una multitud que llevó a cabo el execrable acto, siendo avisado de lo que ocurría, ordenó abrir las puertas del Arsenal, pero salió él solo increpando a pecho descubierto a todos los que allí estaban, quienes bajaron las cabezas y se fueron desperdigando por la ciudad.
El 7 de julio de 1809 se le ascendió al grado de teniente general, quedando como Comandante del Arsenal.
En 1810 se le nombró vocal de la Junta de asistencia del mismo departamento, pasando posteriormente a tomar el mando como Comandante General del Departamento.
Viendo que nada se avanzaba en aquella guerra en el estado de la Armada presentó su dimisión del cargo en 1812, aduciendo; que le era imposible el mantener la disciplina, estando en la mayor desobediencia el personal, por la falta de todo y que si no se cumplía lo pedido por él, su persona no podía ser responsable de lo que pudiera ocurrir.
Su escrito dice:
Pero el Gobierno, no le quiso admitir la dimisión hasta no encontrar a un sustituto y que mientras, se le intentaría dar todo lo que pedía para volver al orden el Arsenal.
Recibiendo como contestación el siguiente:
Como ejemplo de la grave situación, en la que se encontró él y su familia, se vio obligado a vender el puño de oro de su bastón de mando para poder comer, único objeto de valor que poseía toda la familia.
A finales del mismo año, se le nombró ministro del Tribunal de Guerra y Marina. En el año de 1814, se le nombró, ministro del Consejo Supremo del Almirantazgo, hasta su disolución en 1818, pasando a ser ministro del Consejo Supremo de Guerra y anexo el de Director General de la Armada, pero interino.
Cuando se instituyó la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, se le concedió la Gran Cruz. Acompañó a los «Cien mil hijos de San Luis» primero a Sevilla y a continuación al bombardeo de la plaza de Cádiz, con lo que quedo abolido el periodo institucional, regresando al absolutismo del Rey “Deseado”, por lo que de alguna forma quedó ya regularizada la situación política de España.
A pesar de todo este esfuerzo, no fue repuesto en el cargo por el Rey, ello le hizo sentirse muy dolido en lo más profundo de su carácter, por lo que en el mismo año de 1823, realizó una exposición de sus méritos contraídos con España a lo largo de toda su vida y que ahora no se le reconocían, elevándola a S. M.
El documento dice:
Pero a este escrito no obtuvo respuesta, lo que es casi seguro provocó el adelanto de su fallecimiento (como ya indica él mismo en su escrito) teniendo lugar en la ciudad de Cádiz el 18 de marzo de 1825, sumido en la mayor de las injusticias, con los sinsabores producidos al final de una vida dedicada por entero a tratar de conseguir lo mejor para España.
Notas:
- ↑ Los datos de los padres difieren de fuentes, las mencionadas arriba corresponden a su Expediente de concesión de la Cruz de Caballero de la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III, pensionada. En cambio en el Expediente de ingreso en la Compañía de Guardiamarinas, N.º 961, dice que su padre era, don Antonio Estrada Ramírez y su madre doña María Pomposa de Posada Nava y Concha.
Bibliografía:
Enciclopedia General del Mar. Garriga 1957.: Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.
Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa.: Tomo 22, 1924, páginas 1034 y 1035.
Expediente 1.380. — Aprobado en 8 de diciembre de 1807 concesión de la Cruz de Caballero de la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III, pensionada.
Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.
Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid 1873.
Válgoma, Dalmiro de la. y Finestrat, Barón de.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.
Todoavante ©