Guardia y Gonzalez de Vinaspre, Pedro Saenz de la Biografia
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Pedro Sáenz de la Guardia y González de Viñaspre Biografía
Jefe de escuadra de la Real Armada Española.
Orígenes
Vino al mundo en la población de Moreda actual provincia de Álava en 1758, siendo sus padres don Juan Ángel Sáenz de la Guardia y Garín de Lazcano, y doña Antonia González de Viñaspre y Martínez de Baños.
Hoja de Servicios
Sentó plaza de guardiamarina en la Compañía del Departamento de Cádiz el 29 de diciembre de 1773. Expediente N.º 1.262.
Al aprobar los exámenes teóricos embarco en buques destinados al corso, al regreso de uno de ellos se le comunicó su ascenso del 1 de julio de 1775 a alférez de fragata, recibiendo la orden de embarcar en la fragata Clara participando en la expedición contra Argel al mando del general don Pedro Castejón.
Al regresar se le ordenó embarcar en diferentes jabeques en comisión de corso, pasando un tiempo destinado en los Batallones de Infantería de Marina, embarcando en la bombarda Santa Casilda en la expedición del marqués de Casa Tilly, participando en la recuperación de la isla de Santa Catalina y demás operaciones contra los portugueses hasta ser firmada la paz con el vecino país, a su regreso se le entregó la Real orden del 23 de mayo de 1778 con su ascenso al grado de alférez de navío.
Pasó embarcado a la escuadra del general don José Solano zarpando con rumbo a la Habana, siéndole entregada la Real orden del 29 de mayo de 1780 con su ascenso al grado de teniente de fragata, participando en la recuperación de La Florida, prosiguiendo con la conquista de Penzacola, siendo de los que penetró a pesar del fuego enemigo con el paquebote San Gil, siendo destinado a un fuerte desde el que se impedía el ataque de los enemigos a las posiciones españolas, ratificando su valor al impedir el ataque de los días 20 a 25 de abril de 1782 hasta la rendición de los británicos.
Al regresar con la victoria se le entregó la Real orden del 4 de octubre de 1783 con su ascenso al grado de teniente de navío, continuando sus embarques en comisión de corso, realizó varios tornaviajes a Veracruz y la Habana para desembarcar azogue y embarcar caudales, por este meritorio trabajo le fue entregada la Real orden del 25 de enero de 1794 con su ascenso al grado de capitán de fragata.
En 1795 se encontraba al mando del bergantín Flecha, manteniendo un combate contra el bergantín corsario francés Bastas, pudiéndose salvar por su mayor andar, pero a costa de abandonar una fragata mercante británica capturada, la cual fue marinada hasta la Habana.
Se le destinó a proteger las aguas de La Florida al mando de la conserva compuesta por su bergantín Flecha y el San Antonio, participando en dejar libres de rebeldes y piratas sus aguas, pues intentaban movilizar fuerzas para obtener su libertad, llegándole la noticia de encontrarse en la isla de Amalia los atacó hasta su rendición, capturando dos piezas de artillería con sus municiones y pertrechos.
El 15 de marzo seguido con sus dos buques, sobre el cabo de San Antonio de la isla apresó a una goleta francesa del porte de 12 cañones, represando a su vez a una fragata del comercio española que llevaba a remolque, arribando todos a la Habana.
Unos días más tarde represó a la fragata mercante española Begoña cargada con medio millón de pesos, dejándola a salvo en la Habana.
En 1796 apresó a la goleta británica corsaria Diligencia, en el año 1797, estaba al mando de una división compuesta por las fragatas Palas y Gloria, bergantines Galgo y Habanero, más las goletas Mónica, Ninfa y Revancha, zarpando de la Habana con situado para entregar en Florida, Santo Domingo y Puerto Rico, cuando el 27 de diciembre saltó esa noche un viento de N., duro con cerrazón negando poder guardar las distancias propias de la división, al poco la Revancha quedó desarbolada recibiendo la orden de arribar al puerto de salida, mientras la Mónica se había perdido de vista, al amanecer del 28 se divisó una vela, enviándose al Galgo para reconocerla, avisando de ser una enemiga, ante el riesgo de poder ser apresada llevando el situado para Florida, se ordenó virar a la división de vuelta encontrada, poco después viraron al ONO., dando por mejor rumbo para encontrarla antes que la enemiga, al anochecer se divisó otra vela por OSO., ordenando de nuevo a la división virar al rumbo, pero al mismo tiempo sin querer perder de vista al Galgo, en la navegación se adelantó la Palas por ser mucho más rápida, pero a las dos y media de la madrugada del 29 sin nadie advertir el peligro embarrancó con un duro golpe, ante el asombro comenzó a dispara salvas para advertir del peligro a quienes le seguían, dispersándose un tanto evitando el bajo, pero la Galgo muy cercana a su antecesora embarrancó, siendo tan fuerte el abordaje que le arrancó el timón, se lanzó un bote para reconocer el casco viéndose la imposibilidad de salvarla por estar con menos de dos brazas de fondo, ordenó picar los palos mayor y trinquete, subir a la batería y cubierta los víveres, pólvora y las cajas con el situado, de tal forma se trabajó que al amanecer (sobre dos horas después) se había asegurado la subsistencia de la dotación y preparada para defenderse con toda su artillería alistada, al aclarar el día fijaron la posición viendo se encontraban sobre el placer de Cayo Blanco, a las ocho fondearon cercanas el Galgo y la Mónica, dando la orden de trasbordar el situado y víveres a los bergantines, poner a flote a la Gloria y extraer de la Palas todo lo posible para darle fuego, dando por seguro que el buque británico habría avisado a su escuadra, a las ocho de la noche todo se había cumplido, armándose la Gloria aprovechando todos los materiales de la Palas quedó alistada al completo, se repartió la dotación entre los demás buques y así el 31 pudieron levar anclas con rumbo a la Habana donde arribaron el 3 de enero de 1798.
En el Consejo de Guerra fue absuelto con todos los merecimientos, incluida la recomendación a S. M. por considerar el gran servicio prestado, siendo reconocido en su Hoja de Servicios como uno de los de más mérito de toda su carrera.
Volvió a hacerse a la mar, en uno de sus cruceros apresó un transporte británico cargado con trescientos hombres, estando a la vista de dos navíos de la misma nacionalidad.
Regresó a la península siendo destinado a los Batallones de Infantería de Marina, durante un tiempo estuvo destinado en servicios del Arsenal y navegado durante algo más de un año de segundo comandante de un navío.
Le fue entregada la Real orden del 5 de octubre de 1802 con su ascenso al grado de capitán de navío, prosiguiendo en servicios del Arsenal, hasta recibir la Real orden del 14 de julio de 1804, siendo nombrado Comandante del apostadero de San Blas en California el cual no pudo ocupar, por recibir la Real orden del 19 de febrero de 1805, para embarcar al mando de los guardiamarinas en el navío Príncipe de Asturias, perteneciente a la escuadra del general Grandallana, siendo incorporado a la del mando del general don Federico Gravina, zarpando con rumbo a Cádiz donde fondeó el 20 de agosto siguiente, desembarcando en septiembre seguido por recibir otra Real orden para incorporarse inmediatamente a su puesto en San Blas, donde llegó en el mes de enero de 1807.
Por orden del virrey de Nueva España pasó a Veracruz, tomando el mando de las fuerzas navales del seno mejicano, al mismo tiempo ver la posibilidad de trasladar el apostadero de San Blas a Acapulco, siendo imposible por la falta de caudales como por el alzamiento de la insurrección, razón por la que regresó a Veracruz en febrero de 1810, donde permaneció hasta el mismo mes del año siguiente, por embarcar de transporte con destino a la Habana, donde se le entregó la Real orden del 24 de mayo de 1811 comunicándole su ascenso al grado de brigadier, elevó petición y le fue concedida licencia de seis meses, al cumplirla embarcó de transporte en la fragata Venganza, regresando a la bahía de Cádiz en febrero de 1813, siendo nombrado por la Regencia el 2 de julio siguiente Gobernador militar de la plaza de Ferrol, donde hizo frente los días 19 a 23 de septiembre de 1815, a la insurrección del general Porlier, siéndole reconocido por las Reales órdenes fechadas el 22 de septiembre, 4 y 10 de octubre seguidos, permaneciendo en su puesto hasta el 11 de marzo de 1816.
Quedando en el mismo Departamento en destinos de su rango, hasta ser nombrado por Real orden del 12 de mayo de 1817 vocal de la Junta de Asistencia del mismo Departamento.
Por Real orden del 2 de septiembre de 1822 fue nombrado Comandante del arsenal del Departamento de Ferrol, permaneciendo en su cargo hasta el 1 de marzo de 1823, y elegido el 2 de agosto siguiente vocal de la Junta del Departamento, se hizo cargo interinamente del Arsenal el 12 de enero de 1827, hasta el 20 de junio seguido, regresando a su destino de vocal de la Junta de Asistencia del Departamento.
En 1828 se le pasó al servicio pasivo de la Armada, siéndole entregada la Real orden del 6 de diciembre de 1829 con su ascenso al grado de jefe de escuadra, concediéndole poco después por tener cumplidos los requisitos la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.
Falleció el 30 de septiembre de 1830 en su casa de Ferrol, contando con ochenta y seis años de edad, de ellos setenta y uno de muy honrados servicios a España.
Bibliografía:
Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.
Fernández Duro, Cesáreo.: Naufragios de la Armada Española. Establecimiento tipográfico de Estrada, Díaz y López. Madrid, 1867.
Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.
Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.
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