Ponce de Leon y Ponce de Leon, Ignacio Biografia

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Biografía de don Ignacio Ponce de León y Ponce de León

Teniente general de la Real Armada Española.
Caballero cruzado Justicia en la Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta.

Orígenes

Nació en la ciudad de Jerez de la Frontera, se desconoce la fecha, pero en el año de 1720. Fueron sus padres don Francisco Ponce de León y Cuevas y de su esposa, doña María Ponce de León y Cansino.

Como era preceptivo en su época, corrió caravanas, poco después fue cruzado Caballero Justicia en la Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta.

Hoja de Servicios

El día 9 de septiembre del año de 1737, sentó plaza de guardiamarina, en la Compañía del Departamento de Cádiz. Expediente N.º 272.

Al pasar los exámenes teóricos se le ordenó embarcar, pasando como casi todos sus compañeros a realizar el corso contra las regencias norteafricanas, siendo una buena escuela de náutica, al terminar su formación y aprobar los exámenes prácticos, con fecha del día 23 de marzo del año de 1741, se le entregaron los galones de alférez de fragata.

Con este grado participó en el combate del cabo Sicié o Tolón, teniendo lugar el día 22 de febrero, en el que la escuadra al mando de don Juan José Navarro se enfrentó con doce navíos a la británica al mando de Sir Th. Matthews compuesta por treinta y dos, saliendo vencedora la española, por esta razón y demostrado el gran valor en el enfrentamiento anterior, al igual que otros compañeros el Rey tuvo a bien ascenderle por Real orden del día 13 de mayo del año de 1744, fue ascendido a alférez de navío y por otra Real orden del día 14 de mayo a teniente de fragata. De esta forma en dos días seguidos ascendió dos grados.

Se le pierde la pista y se sabe que fue ascendido por Real orden del día 20 de noviembre del año de 1749 al grado de teniente de navío y once años después por otra Real orden del día 23 de julio del año de 1760 se le otorgó el grado de capitán de fragata. No hay noticias al respecto de lo que le sucedió en todos estos años, pero es de suponer por sus ascensos estaría navegando y con destinos en tierra, alternativamente.

En el año de 1762, estando de Segundo de uno de los navíos de la escuadra del marqués del Real Transporte, participó en la gloriosa defensa del Morro de la Habana y de esta ciudad, siendo muy meritorio su comportamiento.

Por Real orden del día 13 de enero del año de 1766, se le ascendió al grado de capitán de navío y de nuevo se le pierde la pista, hasta que por Real orden del día 1 de febrero del año de 1775, se le asciende al grado de brigadier, sin saber que hizo durante todo este tiempo, volviendo a saber de él al recibir otra Real orden, fechada el día 24 de abril del año de 1779 con su ascenso a jefe de escuadra.

En el año de 1780, al mando de una perteneciente a la escuadra del general don Luis de Córdova, con la que participó en la campaña del canal de la Mancha, en la que se apresó al navío británico Ardent del porte de 74 cañones.

Primero se quedó con su división de guardacostas cruzando por las aguas del mar Cantábrico, sobre finales del año de 1781 se le dió la orden de pasar con su división a apoyar el bloqueo del peñón de Gibraltar.

En el año de 1782 ya se encontraba reforzando a las fuerzas navales combinadas que atacaron la plaza de Gibraltar, en ocasión en que el general Barceló mandaba las empleadas directamente en el ataque a corta distancia y después, cuando aquél cesó en este mando y se produjo el ataque de las baterías flotantes, mandadas por el general Ventura Moreno, apoyó con los fuegos de sus buques en éste desgraciado ataque del invento del francés D’Arçon. Cuando fueron incendiadas éstas por las ‹ balas rojas › de los defensores, envió sus embarcaciones menores a apagar los fuegos y salvar a las dotaciones.

En los incendios y voladuras de estas pesadas baterías en teoría insumergibles e incombustibles, con circulación de agua ‹ como la sangre por el cuerpo humano ›, hubieron trescientos treinta y ocho muertos, seiscientos treinta y ocho heridos, ochenta ahogados y trescientos prisioneros; pero los efectos fueron superados en mucho por el bombardeo de las lanchas cañoneras inventadas por Barceló, que lo hacían seguro y muy efectivo.

En Gibraltar se defendía valerosamente el general británico Elliot.

La plaza llegó a estar en gran necesidad y le fue enviado un convoy con aprovisionamientos, escoltado por una escuadra de treinta navíos mandada por el almirante Howe.

Le salió al encuentro el general Córdova con sus fuerzas, pero las enemigas con su convoy aprovecharon un fuerte temporal cuyos vientos les favorecían permitiéndoles arribar al Peñón desembarcando los tan esperados auxilios.

Se perdió el navío español San Miguel, arrojado por la tempestad bajo los mismos muros de Gibraltar.

Cuando lord Howe volvía al Atlántico, Córdova le salió de nuevo al paso y se trabó combate, el día 20 de octubre del año de 1782, frente al cabo Espartel.

Los británicos admiraron: «…el modo de maniobrar de los españoles, su pronta línea de combate, la veloz colocación del navío insignia en el centro de la fuerza y la oportunidad con que forzó la vela la retaguardia acortando las distancias » El combate tuvo una duración de cinco largas horas.

Los buques enemigos por ir forradas sus obras vivas de cobre tenían más andar, lo que les permitió mantener en todo momento las distancias de fuego y cuando el resto de la escuadra española iba llegando al combate, decidieron por el mayor número de navíos españoles rehuirlo, por ello arribaron y enseñando sus popas se fueron alejando del alcance de la artillería española.

El coloso español, el navío Santísima Trinidad, del porte de 130 cañones sólo pudo hacer una descarga completa de todas sus baterías, su lentitud le impidió poder hacer más.

Por Real orden del día 15 de febrero del año de 1783, se le ascendió al grado de teniente general y el día 13 de mayo siguiente se le nombró Consejero en el Supremo de Guerra, cargo en el permaneció hasta su fallecimiento.

Que sucedió en Madrid el día 14 de agosto del año 1789. Contaba con setenta y ocho años de edad, de ellos sesenta y dos de servicios a España.

Bibliografía:

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana. Espasa-Calpe.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

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