Torres y Guerra, Alonso de Biografia

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Alonso de Torres y Guerra Biografía


Jefe de escuadra de la Real Armada Española.

Caballero de la Militar Orden de Calatrava. Exp. 2.613.

Encomienda del Corral de Caracuel, en la misma Orden.

Orígenes

Fue bautizado el 6 de diciembre de 1751 en la ciudad de Sevilla, fueron sus padres, don Juan de Torres Navarro Ponce de León, y doña Josefa Antonia de Guerra y Salvatierra Lorenzo de Mendoza.

Hoja de Servicios

Sentó plaza de guardiamarina en la Compañía del Departamento de Cádiz, el día 5 de septiembre del año 1770. Expediente N.º 1.127. En el que consta con el nombre de Ildelfonso.

Al terminar sus estudios teóricos se le ordenó embarcar en buques destinados a combatir a las regencias norteafricanas, por la piratería existente en sus puertos y costas, al regresar de una de las comisiones, con fecha del día 18 de diciembre del año 1774 se le entregaron los galones de alférez de fragata.

Se le ordenó embarcar en buques con su anterior comisión, en la que permaneció algo más de un año, al regreso de uno de sus cruceros, se le entregó la Real orden del día 16 de marzo del año 1776, con su ascenso al grado de alférez de navío.

Pasó destinado a buques que cruzaban el océano, realizando así sus primeros viajes a Tierra Firme, Veracruz y la Habana, al fondear de nuevo en la bahía de Cádiz se le entregó la Real orden del día 23 de marzo del año 1778, comunicándole su ascenso al grado de teniente de fragata.

Se le ordenó trasbordar a una fragata realizando un tornaviaje al Callao, doblando así el cabo de Hornos, regresando a la bahía de Cádiz, al desembarcar se le entregó la Real orden del día 16 de septiembre del año de 1781, con su ascenso al grado de teniente de navío.

Casi inmediatamente trasbordó a otra fragata con destino a las islas Filipinas y Marianas, en un tornaviaje para transportar pliegos, a su regreso a la bahía de Cádiz, pasó a participar en el bloqueo de Gibraltar, estando destinado en una de la baterías flotantes participó en el bombardeo que estas realizaron el días 13 de septiembre del año 1782, con su desastroso final, al regresar a la bahía de Cádiz embarcó de nuevo en la escuadra al mando del general don Luis de Córdova, participando en el posterior combate del cabo Espartel del día 20 de octubre siguiente, contra la escuadra del almirante británico Howe.

Por los méritos contraídos en él y por recomendación de su general, poco después le fue entregada la Real orden del día 21 de diciembre continuo siendo ascendido al grado de capitán de fragata.

Entre los años de 1788 y 1789 se le otorgó el mando del bergantín Ardilla, permaneciendo en comisiones por todo el Mediterráneo siempre a las órdenes directas del Gobierno, transportando pliegos de una Corte a otra.

En el año 1790 se le destino como base el Departamento de Cartagena, donde arribó y fondeó su buque, recibiendo la orden de quedar incorporado a la escuadra de evoluciones al mando del general don Francisco de Borja, realizando varias salidas por el Mediterráneo, al regresar a puerto recibió la orden de pasar a la del mando del general Marqués del Socorro como segundo comandante del navío Salvador del Mundo, insignia del mismo general zarpando en la campaña que se realizó sobre el cabo de Finisterre, a la expectativa de una ruptura de hostilidades con el Reino Unido, por el problema de los límites en Nootka.

Al firmase los acuerdos regresó la escuadra a la bahía de Cádiz, donde por Real orden se le otorgó el mando de la fragata Gertrudis, zarpando con rumbo al Mar del Sur con base en el Callao, donde quedó destinado con su buque, recibiendo la Real orden con su ascenso al grado de capitán de navío en el año 1792, continuando en su destino de protección de las costas y el tráfico marítimo en aquellas aguas hasta el año 1794 regresando con su buque a la bahía de Cádiz, siéndole concedida una licencia por encontrarse enfermo, pero por gracia Real con el sueldo como si estuviera embarcado.

En el año 1796 se le otorgó el mando del navío San Francisco de Asís, con la comisión de cruzar sobre los cabos de Santa María y San Vicente en protección del tráfico marítimo proveniente de Ultramar, cuando el día 25 de enero del año de 1797, mantuvo un combate contra cuatro fragatas británicas, las cuales salieron tan mal paradas que se vieron obligadas a abandonar las aguas.

Por esta acción tan decidida se le concedió la encomienda del Corral de Caracuel en la Orden de Calatrava.

Con su navío tomó parte incorporado en la división al mando del jefe de escuadra don Domingo de Nava, para acudir en socorro del navío Santísima Trinidad, muy maltrecho después del combate del cabo San Vicente, del día 14 de febrero del año 1797 y cabo Cantín, donde fue atacado por la popa por la fragata británica Terpsichore, una de las cuatro y tres corbetas que el almirante Jervis ordenó buscaran al navío español y lo echaran al fondo, pero se tuvo que retirar la enemiga al recibir un vivo fuego de los guardatimones, pues en pocos minutos sufrió nueve muertos más varios heridos, encontrándose poco después siendo escoltado, fondeando todos en la bahía a primeros del siguiente mes de marzo.

Estuvo en el bloqueo de Cádiz como el resto de la escuadra al mando del general don José de Mazarredo y en él se halló en cuantos combates tuvieron lugar para rechazar a los británicos, así como en la salida que ordenó el general el día 5 de febrero del año 1798, al ver que la escuadra al mando de Nelson se veía obligada a abandonar el bloqueo, por los ataques nocturnos de las lanchas cañoneras y un fuerte temporal que acabó por convencerle.

Al regresar ocho días después sin haber podido dar caza a la enemiga, siguió al mando de su navío, hasta recibir la Real orden del día 25 de abril siguiente por ser nombrado Comandante de Marina de Sanlúcar.

Se encontraba en su destino, cuando se le ordenó formar parte como Vocal en el Consejo de Guerra de Generales para juzgar la actuación de los mandos en el desdichado combate naval del cabo de San Vicente, regresó a su destino y poco después le fue entregada la Real orden del día 31 de diciembre del año 1801, siendo cesado quedando destinado a trabajos de su grado en el Departamento.

Se le nombró capitán de la compañía de Guardiamarinas del Departamento de Ferrol en el año 1803, a donde se trasladó de transporte en el navío San Fernando.

Por Real orden del día 23 de agosto del año 1808, se le ascendió al grado de brigadier, continuando en el destino hasta recibir la Real orden del día 20 de agosto del año 1810, por haber sido nombrado diputado a Cortes por la circunscripción de la misma ciudad de Cádiz.

Embarcó en Ferrol de transporte en el navío América, desembarcando en la bahía de Cádiz tomando posesión de su cargo, siendo uno de los firmantes de la Constitución de 1812 (La Pepa), por ser ratificada el día 19 de marzo.

Fue reelegido de nuevo en el año 1813 para el mismo cargo y por la misma ciudad, donde permaneció hasta el regreso a España de S. M. don Fernando VII, quien por Real orden del día 16 de abril del año 1814 lo nombró Vocal de la Junta del Departamento de Cádiz.

Donde recibió la Real orden del día 15 de octubre siguiente, siendo ascendido al grado de jefe de escuadra.

Al ser creada la Real y Militar Orden de San Hermenegildo en el año 1815, por cumplir los requisitos se le otorgó la Gran Cruz de la Orden.

Se trasladó a Madrid en 1818, cuando fue nombrado vocal de la asamblea de la Orden de San Hermenegildo.

Por Real orden del día 10 de julio del año 1819 se le nombró Mayor General de la Armada con carácter interino, no obstante siguió en el alto destino hasta el año 1822, por pasar a desempeñar un puesto como Ministro del Tribunal Supremo de Guerra y Marina.

En el puesto anterior siguió al Gobierno a Sevilla, pasando posteriormente a Cádiz, donde le fueron devueltos por el duque de Angulema los poderes absolutos al rey don Fernando VII en el año 1823.

En el de 1824 se quedó como Ministro jubilado del Consejo Supremo de la Guerra, elevando petición de cambio de destino, le fue concedido pasando en el año 1828 de cuartel a la ciudad de Valencia, desde donde se retiró a la villa de Cocentaina.

Donde le sobrevino el fallecimiento el día 9 de noviembre del año 1832, contaba con setenta y ocho años de edad, de ellos sesenta y dos de brillantes servicios a España.

Bibliografía:

Cadenas y Vicent, Vicente de.: Caballeros de la Orden de Calatrava que efectuaron sus pruebas de ingreso durante el Siglo XVIII. Ediciones Hidalguía. Madrid, 1986 — 1987. 4 tomos. Tomo IV.

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

Terrón Ponce. José L.: El Gran Ataque a Gibraltar de 1782 (Análisis militar, político y diplomático). Ministerio de Defensa. Madrid, 2000. Premio Ejército 1999.

Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

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