Cañoneros del fin del Mundo, Los5

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Cañonero Prueba

Recordemos también lo que D. José Lledó nos dice con respecto a este cañonero:

…en cuanto al Luzón, por causas que ignoramos en 1863 dejó de figurar en la lista y su lugar fue ocupado por el denominado Prueba, construido en Cavite y con la máquina de su antecesor seguramente.

Y por último, lo que nos dice El Buque en la Armada Española:

Cañonero Prueba.- 76 toneladas de desplazamiento; año de botadura, 1863; astillero, Cavite; años de servicio, 1863-1877.

En el fantástico Blog Vida Marítima, en un trabajo dedicado al Inspector General de la Armada, D. Joaquín Togores y Fábregues, he podido encontrar lo que sigue:

En 1861 –ascendido ya a teniente de navío desde noviembre anterior- fue nombrado comandante de ingenieros del Apostadero de Filipinas con residencia en Cavite a donde marchó, vía Suez, en los paquebotes de la línea inglesa.

Ancho campo halló Togores en aquellas latitudes para desarrollar su actividad y conocimientos especialmente entonces en que el material de vela y remo con que contaba el archipiélago comenzaba a sustituirse por modernos cañoneros de vapor.

Veinte de estos buques (¿?, en realidad 18) se trajeron de Inglaterra, en piezas, para ser montados en el arsenal de Cavite. Existen dos modelos, uno de ellos perteneciente al Prueba (1863), en el Museo Naval (Consigna el Catálogo del Museo Naval, edición de 1894, debido a nuestro paisano el teniente de navío de 1ª clase don Juan Puig y Marcel, Director entonces de aquel establecimiento; « Núm.78 – Diseño de los cañoneros de fuerza de 20 caballos de vapor, construidos en el arsenal de Cavite por el Sr. Ingeniero de la Armada D. Joaquín Togores. Sus dimensiones principales eran:

Escala de 5 centímetros por metro »

« Núm.7.- Diseño corpóreo del cañonero Prueba, de fuerza de 30 caballos de vapor, construido en el Arsenal de Cavite por los planos y dirección del Ingeniero de la Armada D. Joaquín Togores, para reemplazar a otro de acero:

Bajos sus planos y dirección se construyó igualmente en aquellas gradas el cañonero Caviteño (1865) en ocasión de cuyas pruebas fue recomendado al Excmo. Sr. Ministro de Marina por sus excelentes servicios.

Consideraciones a lo que acabamos de leer:

1ª.- En el hilo Desde Filipinas, donde comentamos los aspectos de este trabajo, espaldar y yo especulamos sobre donde pudieron ser ensamblados los cañoneros, si fue en Hong Kong, o fue en Cavite. En la biografía de D. Joaquín Togores que acabamos de leer se indica que fue en Cavite.

2ª.- Hemos podido leer que se habla de dos modelos de cañonero, ambos llamados Prueba, uno de 20 caballos y el otro de 30. Cuando leí esto por primera vez me quede completamente fuera de juego, no entendía lo de dos cañoneros con el nombre Prueba. Con el tiempo, abundando en el trabajo y tras leer y releer los números de la Hemeroteca Digital, me atrevo a dar una opinión al respecto:

Hemos visto el asunto del deterioro de los cañoneros, y hemos visto también que se piensa en construir cascos de madera para sustituir a los de metal aprovechando sus máquinas y pertrechos. Pues bien, me atrevo a aventurar que, dado que teníamos dos subtipos de cañoneros, los de 30 caballos y los de 20 caballos, y que el deterioro afectaba a ambos tipos de buques, D. Joaquín Togores diseñó dos barcos de madera, de diferente desplazamiento, para aprovechar las maquinas y pertrechos de ambos subtipos. Es solo una especulación, pero creo que por lo que hasta ahora hemos visto, lógica.

Esto encajaría perfectamente con que después iba a ocurrir. Adelantándome un poco a los acontecimientos podemos señalar lo siguiente: el cañonero Prueba, de 76 toneladas (coincide con lo expresado por D. Agustín R. Rodríguez, por D. José Lledó y por El Buque en la Armada Española) sustituye al cañonero Luzón, de 86 toneladas de desplazamiento; posteriormente, el cañonero de madera Filipino, de 79 toneladas (El Buque en la Armada Española) sustituye al cañonero Cebú, que como el Luzón desplaza 86 toneladas, por lo que tendríamos dos cañoneros de los “grandes” sustituidos por otros dos “grandes”; los cañoneros Mactán y Taal, de 52 toneladas de desplazamiento (por tanto, del subtipo más pequeño) serán sustituidos por dos buques de madera llamados Manileño y Caviteño, ambos, según El Buque en la Armada Española, de 44 toneladas de desplazamiento, y que casi coinciden con ese primer Prueba de 45 toneladas del que habla la biografía de D. Joaquín Togores, por lo que tendríamos dos cañoneros “pequeños” sustituidos por otros dos “pequeños”.

Por lo que respecta al nombre, o sea, a los dos cañoneros Prueba, me inclino a pensar que, dado que el Prueba de 76 toneladas fue el primero en ser botado, por delante del Filipino y por delante de los dos del subtipo más pequeño, se quedó con ese nombre, y que el Prueba más pequeño, el de 46 toneladas, y cuyo modelo está en el Museo Naval, debe su nombre precisamente a que fue un modelo de prueba para los subtipos más pequeños, pero nunca entró en servicio un cañonero de 46 toneladas con el nombre Prueba.

Insisto, es solo una especulación mía, pero la “cosa” encaja, casi, como en un rompecabezas.

3ª.- Por esta biografía ya sabemos que uno de los cuatro cañoneros con casco de acero es el Luzón.

4ª.- Sabemos que D. Joaquín Togores es el autor de los planos de un nuevo cañonero, el Caviteño.

Si habéis entendido algo de este “galimatías” es que sois una “tropa” de superdotados y aventajados “lobos de mar”. Lo cierto es que yo, le he dado un vistazo a lo que acabo de escribir, y me he quedado perplejo.

En fin, continuemos con nuestra historia, es posible que vayamos dando sentido poco a poco a las cosas.

La España, martes 22 de septiembre de 1863.

Según escriben de Manila, con fecha 21 de julio, la obra de reparaciones del arsenal de Cavite, deteriorado por efecto del terremoto del 3 de junio, se prosigue con una actividad admirable. En aquel arsenal se trabaja en las recorridas de los buques que prestan servicio en el archipiélago, como también en la construcción de tres cañoneros de madera que luego secundarán al Prueba en sus especiales condiciones…

Nuevamente se insiste en que se están construyendo tres cañoneros de madera. Por lo que a mí respecta, no me cabe la menor duda de que estos tres buques serán los futuros Filipino, Manileño y Caviteño, no pueden ser otros. Ya son cuatro los buques que van a ser sustituidos.

La Correspondencia de España, miércoles 4 de noviembre de 1863.

Ha sido nombrado comandante del cañonero Mariveles, en el apostadero de Filipinas, el alférez de navío, D. José Azofra y García.

1864

Estado General de la Armada (La Época, viernes 8 de enero de 1864).

Cañoneras.- Mindanao, Calamianes, Paragua, Mindoro, Prueba, Panay, Samar, Cebú, Bulusán, Joló, Mariveles, Arayat, Pampanga, Bojeador, Balanguingui, Albay, Mactan y Taal.

El orden en la lista de cañoneros se mantiene. Desaparece de la misma el número 5, Luzón, y ocupa su puesto un cañonero con el nombre de Prueba. El total de cañoneros asciende a 18.

Me ha sido imposible encontrar alguna noticia que nos revele las causas y la fecha exacta de la desaparición del Luzón.

http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0000184989&page=1&search=%C3%89poca&lang=es

Febrero de 1864. Campaña contra los piratas samales.

Por el correo de Manila llegado el 15 del corriente hemos recibido las siguientes interesantes noticias:

« El 17 de febrero último salió del puerto de Zamboanga una expedición compuesta del bergantín Scipión, la goleta Filomena, los cañoneros Panay, Calamianes, Bulusán, Balanguingui y Pampanga, dos falúas de fuerza y otras embarcaciones menores, a cargo del capitán de fragata D. Antonio Mora Cincúnegui, comandante de las fuerzas sutiles del Sur, con el objeto de castigar a los pueblos de las islas Samales, cuyos habitantes están constantemente dedicados a la piratería, causando depredaciones en nuestros puntos costaneros de la parte norte de Mindanao, en la isla de Bohol.

Dicha expedición tomó a viva fuerza y destruyó los pueblos costaneros de las islas Balanguingui, Tonquil, Bangao y Tapul, y la población de Carondong en la isla de Joló, destruyendo y quemando sus astilleros y careneros, y unas treinta embarcaciones; algunas de ellas estaban armadas y pertrechadas para salir a la piratería; cogió un cañón de a 4, multitud de armas de fuego, pertrechos y útiles que tenían los moradores en sus habitaciones, y ha rescatado varios cautivos.

A pesar de la resistencia de los moros, las operaciones se han llevado a cabo con decisión y arrojo por el jefe, oficiales y demás individuos que tomaron parte en la partida, entre los que figuró el intérprete del gobierno de Mindanao, que con una partida de zamboangueños tomaron voluntariamente parte de la expedición, autorizados por el gobernador de Zamboanga, el coronel D. Gregorio Tenorio.

En sus playas han quedado inscripciones en idioma árabe, diciendo que España castigará de ese modo a los pueblos que se dediquen a la piratería.

Nuestras tropas han tenido algunos heridos y contusos, aunque en escaso número, entre ellos el alférez de navío D. Ildefonso Benítez y García »

(Publicado por el periódico La Esperanza el miércoles 18 de mayo de 1864, con el titulo Islas Filipinas)

De esta campaña contra los piratas samales tenemos otra comunicación, pero en esta no se menciona la presencia del cañonero Balanguingui.

La Gaceta del Ejército y de la Armada inserta en su número último una interesante carta de Manila, que contiene interesantes pormenores acerca de la expedición contra las guaridas piratas que infestan el archipiélago de los Samales. Aunque su debido tiempo insertamos el parte oficial de aquella gloriosa jornada, tomamos los siguientes párrafos, que añaden nuevos detalles a los que ya conocen nuestros lectores.

« El 17 de febrero, dice, salieron de la Isabela de Basilán la goleta Santa Filomena, los cañoneros 6 (Panay), 2 (Calamianes), 9 (Bulusán) y 13 (Pampanga) y las falúas 6 y 12, contando en total con sus tripulaciones y la del bergantín Scipión, que quedaba en dicho punto, una columna de desembarco de 250 hombres, a la que se les unió otra de 46, compuesta de moros sometidos y zamboangeños, al mando del intérprete del gobierno de Zamboanga, D. Alejandro Álvarez.

El 18 llegaron a la isla de Balanguingui, antiguo foco del pirateo, desembarcando las tripulaciones divididas en tres columnas al mando de los tenientes de navío D. Juan Flores, comandante del bergantín; D. Felipe Menéndez, del cañonero número 2 (Calamianes) y D. Segismundo Bermejo, de la goleta Santa Filomena. Acto continuo de dirigieron por un paso, que el autor de la carta comparó con el de las Termopilas, hacia un pueblo, refugio principal de los piratas, cuyos habitantes huyeron, no sin antes se les hicieron algunos heridos. No pudiendo combatir contra sus cobardes enemigos, volvió la columna por el mismo penoso camino, después de haber quemado el pueblo y sus almacenadas provisiones.

Tres días permaneció nuestra escuadra en las aguas de Balanguingui, donde destruyeron y quemaron cuanto existía.

Cinco pueblos fueron presos de las llamas. Después de otras varias expediciones, entre las que merece particular mención la de Carondon, pueblo situado en la parte sur de la isla de Joló, quedó terminada esta operación, teniendo por nuestra parte un oficial y cuatro marineros heridos y tres contusos, al paso que los moros tuvieron 40 bajas entre heridos y muertos »

(Publicado por el periódico La Época el martes 25 de octubre de 1864).

Abril de 1864. El cañonero Joló en acción.

El comandante general de la escuadra del Pacífico participa, con fecha 10 de julio, que las dotaciones de los buques gozan de la mejor salud, no ocurriendo novedad en ellos ni en las islas Chinchas, donde continúan.

Comandancia General de Marina del Apostadero de Filipinas.- Núm.1.298.- Excelentísimo señor: Según me participa el comandante de la subdivisión de Calamianes con fecha 6 del corriente, el cañonero Joló, su comandante el alférez de navío D. Bernardo Ascanio, que cruzaba por aquellas cercanías, batió y apresó el 30 de abril último en la ensenada de Taninay-Tay dos pancos grandes de moros y tres embarcaciones pequeñas de los mismos que hacían la piratería por aquella parte del archipiélago, logrando después de tres horas de caza tenerlos al costado, habiendo con su artillería causado destrozo en sus cascos y aparejos y bastantes bajas en sus tripulaciones, logrando los moros coger la costa y escapar la mayor parte para ocultarse en el bosque, quedando en poder del comandante del cañonero Joló las cinco embarcaciones mencionadas con sus armas, pertrechos, víveres y algunos prisioneros, sin otra pérdida que la de un muerto y dos heridos de la clase de marinería.

El expresado comandante de la subdivisión de Calamianes me manifiesta que habilitado el cañonero Paragua de las averías ocasionadas en su anterior crucero, salió para Linacapan con el objeto de conducir y conservar allí los pancos apresados, y en unión del Joló hacer una batida por los bosques para destruir los restos de esta expedición de piratas.

Todo lo que tengo la honra de hacer presente a V. E. para su debido superior conocimiento. Dios guarde a V. E. muchos años. Manila 18 de junio de 1864.- Excmo. Sr.- Francisco de Paula Pavía.- Excmo. señor ministro de Marina.

(Publicado por el periódico La Esperanza el miércoles 17 de agosto de 1864, con el titulo Comunicaciones oficiales publicadas en La Gaceta)

Apreciado Ensenada, en este punto es cuando llegamos al “meollo” del asunto. Te solicitó y solicito a los compañeros que presten especial atención a todo lo que a continuación voy a exponer.

Antes que nada quiero dejar bien claro que no es mi intención, ni muchísimo menos, tratar de emendar la plana a un autor tan ilustre como D. José Lledó Calabuig. Yo soy Fernando, Cervera para los amigos, una completa insignificancia en este mundo de la historia de la Armada Española, y D. José es simple y llanamente un genio.

Por tanto, es fácil que lo que voy a exponer a continuación se trate de una equivocación, o bien de una forma errónea de contar las cosas. Si así fuera, os ruego encarecidamente que me corrijáis en todo aquello que suponga un equívoco, un error, una omisión, o cualquier otra cosa que no se ajuste a lo que las diferentes fuentes señalan.

Bien, empecemos:

D. José Lledó en su obra Buques de Vapor de la Armada Española, del vapor de ruedas a la fragata acorazada, 1834-1885, en la sección de Apéndice de Documentos, nos adjunta los Estados Generales de la Armada correspondientes a los años 1858, 1860, 1863, 1870, 1876, 1879 y 1885.

En lo que se refiere al Estado General de la Armada correspondiente al año 1863, este se ajusta como un guante, esto es, es idéntico, en lo que respecta a nuestros cañoneros, al Estado General de la Armada publicado por el periódico La Época, el viernes 13 de febrero de 1863 (ver inicio del año 1863).

Como hemos visto, el Estado General de la Armada publicado por La Época el viernes 8 de enero de 1864 (ver inicio del año 1864), Estado General de la Armada que no aparece en los Apéndices de D. José, nos señala la presencia de un nuevo cañonero, el Prueba, de casco de madera y construido en Cavite, que ha sustituido al cañonero Luzón, y que como D. José nos dice, aprovecho la máquina de este último:

«…en cuanto al Luzón, por causas que ignoramos en 1863 dejó de figurar en la lista y su lugar fue ocupado por el denominado Prueba, construido en Cavite y con la máquina de su antecesor seguramente. »

Como le ha sucedido a D. José, que señala que «…en cuanto al Luzón, por causas que ignoramos en 1863 dejó de figurar en la lista…» también a mi me ha sido imposible encontrar las causas de la desaparición del Luzón.

Pero, ¡Ojo!, es importante que nos quedemos con el dato de que el Prueba es el único cañonero nuevo que aparece en este Estado General de la Armada publicado por La Época.

La noticia que viene a poner “patas arriba” todo este asunto, es la siguiente:

La Iberia, miércoles 22 de junio de 1864.

Ministerio de Marina. Real Decreto.

Buques que componen la Armada, clasificados con arreglo al real decreto de esta fecha.

Fuerzas Sutiles. Cañoneras de hélice.

Mindanao, Calamianes, Paragua, Mindoro, Prueba, Panay, Samar, Filipino, Bulusán, Joló, Mariveles, Arayat, Pampanga, Bojeador, Balanguingui, Albay, Taal.

http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0001246434&page=1&search=Iberia&lang=es

Consideraciones a esta noticia:

1ª.- Se trata de un Real Decreto del Ministerio de Marina que el periódico ha llevado a sus páginas, por tanto, estaríamos ante un documento ciento por ciento fiable.

2ª.- En este documento aparece el cañonero Prueba en el número cinco, al igual que lo hacía en el Estado General correspondiente a este año 1864.

3ª.- Aparece un nuevo cañonero en el número ocho, el Filipino, y desaparece, precisamente de ese número el cañonero Cebú.

4ª.- Desaparece de la lista el número 17, el Mactán, sin que haya sido sustituido por ningún otro cañonero.

5ª.- El número de cañoneros en servicio ha pasado de 18 unidades a 17, falta uno, precisamente el Mactán.

Volviendo con lo que D. José nos dice:

Pero volviendo a los cañoneros, diremos que al empezar a prestar servicio el Cebú, recibió el nombre de Filipino, debiendo añadir que al principio además del nombre, estaban numerados correlativamente del 1 al 18 y por el orden que los hemos citado.

A los pocos años los dos últimos, denominados Mactán y Taal, recibieron los nombres de Manileño y Caviteño; en cuanto al Luzón, por causas que ignoramos en 1863 dejó de figurar en la lista y su lugar fue ocupado por el denominado Prueba, construido en Cavite y con la máquina de su antecesor seguramente.

Fijaros bien en el primer párrafo: Pero volviendo a los cañoneros, diremos que al empezar a prestar servicio el Cebú, recibió el nombre de Filipino. ¿Al comienzo de prestar servicio?, acabamos de leer que el Filipino no aparece en las listas oficiales de buques de la Armada, hasta este Real Decreto de Junio de 1864. Si el Cebú comenzó a prestar servicio en el año 1860, significaría que han pasado más de tres años hasta que cambia su nombre, o por lo menos, hasta que aparece como Filipino.

¿Es posible que D. José, cuando dice “al poco de entrar en servicio” entienda como “poco”, más de tres años? Obviamente yo no soy nadie para decidir qué es lo que entiende, en este asunto, D. José por “poco”. Pero ciertamente, cuanto menos es sorprendente.

Mi opinión es que este Filipino es un nuevo buque con casco de madera de los que, como hemos visto, se estaban construyendo en Cavite, y que seguramente, como en el caso del Prueba, aproveche la máquina y pertrechos del Cebú.

Pero también mí opinión estaría sujeta a polémica:

Hemos visto que a finales de junio de 1863 «…Iban a ponerse las quillas de tres vapores cañoneros, iguales o mayores que uno llamado el cañonero Prueba, y más adelante, con fecha 21 de julio, la obra de reparaciones del arsenal de Cavite, deteriorado por efecto del terremoto del 3 de junio, se prosigue con una actividad admirable. En aquel arsenal se trabaja en las recorridas de los buques que prestan servicio en el archipiélago, como también en la construcción de tres cañoneros de madera que luego secundarán al Prueba en sus especiales condiciones…»

¿Es posible que en un año se haya construido el Filipino? En fin…, creo que todo esto es muy complicado.

Otro párrafo interesante es el siguiente:

A los pocos años los dos últimos, denominados Mactán y Taal, recibieron los nombres de Manileño y Caviteño.

Acabamos de leer en el Real Decreto de junio de 1864 que el Mactán ha desaparecido de la lista, no así el Taal. Y más arriba hemos leído, en la biografía de D. Joaquín Togores que, Bajo sus planos y dirección se construyó igualmente en aquellas gradas el cañonero Caviteño (1865). Si el cañonero Caviteño era un nuevo buque, la cosa no se limita a un mero cambio de nombre, se trataría de la sustitución de un cañonero por otro cañonero.

Mi opinión particular es que los cañoneros Caviteño y Manileño (ambos de 44 toneladas de desplazamiento y construidos en Cavite, según El Buque en la Armada Española) sustituyen a los cañoneros Mactán y Taal, y que se trata de buques nuevos con casco de madera que, como veremos, y me permito adelantarlo, figuran en El Estado General de la Armada del año 1867, Estado General que no figura en los Apéndices del libro de D. José.

La Época, sábado 26 de enero de 1867.

Fuerzas Navales de España en 1867.

Tenemos a la vista el estado general de la Armada, publicado hace pocos días, y como dato curioso vamos a indicar los buques de guerra que, tanto en la Península como en nuestras posesiones de América y Asia y diferentes comisiones de servicio, cuenta hoy la nación:

…En los mares de Filipinas existen las siguiente cañoneras de hélice para persecución de los moros piratas y vigilancia de las costas: Mindanao, Calamianes, Paragua, Mindoro, Prueba, Panay, Samar, Filipino, Bulusán, Joló, Mariveles, Arayat, Pampanga, Bojeador, Balanguingui, Albay, Manileño, Caviteño. Estas cañoneras son de fuerza de 30 caballos, con un cañón de 16 giratorio.

Pero, aún hay más, y vuelvo a adelantarme unos cuantos años. En el Estado General de la Armada correspondiente al año 1870, y que figura en los Apéndices del libro de D. José, figuran los siguientes cañoneros:

Mindanao, Calamianes, Paragua, Mindoro, Prueba, Panay, Samar, Filipino, Bulusán, Joló, Mariveles, Arayat, Pampanga, Bojeador, Balanguingui, Albay, Manileño y Caviteño, numerados del 181 al 198

Mucha atención a las tres noticias que traigo a continuación, fijaros bien en las fechas:

La Marina Española, 24 de noviembre de 1867.

También el cañonero Bojeador, del apostadero de Filipinas, se encuentra en estado de exclusión, toda vez que la carena que necesita excede en valor a los dos tercios del buque nuevo. Más en este caso es natural se proceda a construir un casco de madera para utilizar la máquina, armamento y pertrechos, como se hizo ya con los cañoneros Prueba, Filipino, Manileño y Caviteño.

La Marina Española, 12 de diciembre de 1867.

Dirección de armamentos. En 23 de noviembre.

Disponiendo se excluya el casco del cañonero Mindoro y se proceda a reemplazarlo en el arsenal de Cavite, con otro de madera.

La Marina Española, 6 de junio de 1868.<u>

<u>Armamentos. En 29 de mayo.

Dispone se excluya del servicio en el Apostadero de Filipinas el cañonero Panay, construyendo otro nuevo que lo reemplace.

Consideraciones a estas tres noticias:

1ª.- La publicación La Marina Española cita noticias oficiales del Ministerio de Marina.

2ª.- Si en el Estado General de la Armada del año 1870 figuran los cañoneros Bojeador, Mindoro y Panay, es obvio, tras leer las tres noticias anteriores, que son tres nuevos cañoneros con los mismos nombres que sus antecesores.

3ª.- La primera noticia, la del cañonero Bojeador,… Más en este caso es natural se proceda a construir un casco de madera para utilizar la máquina, armamento y pertrechos, como se hizo ya con los cañoneros Prueba, Filipino, Manileño y Caviteño. Esta noticia nos confirmaría que, tanto el Prueba, como los otros tres, Filipino, Manileño y Caviteño son buques construidos con casco de madera, por tanto, no se trata de los originales Luzón, Cebú, Mactán y Taal.

Para abundar aún más en la segunda consideración. En el Estado General de la Armada correspondiente al año 1876, y que también figura en los Apéndices del libro de D. José, se nos da la siguiente lista de cañoneros:

Mindanao, Calamianes, Paragua, Mindoro, Prueba, Panay, Samar, Filipino, Bulusán, Joló, Mariveles, Arayat, Pampanga, Bojeador, Albay, Manileño, Caviteño y Callao.

En este Estado General vuelven a figurar el Bojeador, el Mindoro y el Panay, por lo que no cabe la menor duda, es mi humilde opinión, de que se trata de tres nuevos cañoneros con el nombre de los tres primeros.

Llegados a este punto podríamos decir que hay una segunda serie de, como mínimo, 7 cañoneros, los Prueba, Filipino, Manileño, Caviteño, Bojeador, Mindoro y Panay.

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