Regreso escuadra del Pacífico 1866
De Todoavante.es
1866 Regreso de la escuadra del Pacífico
Después de haber destruido la defensas del Callao, la escuadra española en el Pacífico pasaron los buques a ser reparadas sus averías con los medios de abordo, al ser completadas las obras y estar listos por orden de su jefe don Casto Méndez Núñez del 10 de mayo se disloca en dos divisiones, una compuesta por la fragata blindada Numancia, Berenguela, corbeta Vencedora, el vapor Marqués de la Victoria y el de transporte comprado en Panamá antes del bombardeo de Valparaíso, Uncle-Sam, al mando del brigadier Pezuela con rumbo a las Filipinas, la segunda doblaría el cabo de Hornos, compuesta por las fragatas Villa de Madrid, Almansa, Resolución y Blanca, el 11 emprendieron el viaje de regreso despidiéndose en alta mar.
Todo para evitar que la Numancia o bien pasase de nuevo por el estrecho de Magallanes o se viera obligada a doblar el cabo de Hornos, en éste la Resolución sufrió una grave pesadilla pues le sucedió de todo un poco y junto, casi afirmando la probabilidad de haber ocurrido lo mismo con la acorazada.
Con rumbo a Manila por la lentitud de ir a vela por la falta de carbón, se declaró una epidemia de escorbuto, por esta razón don Manuel de la Pezuela dio libertad a cada comandante para viajar a su máxima velocidad, arribando a la isla de Otahitit la Berenguela el 9 de junio, el Marqués de la Victoria y la Vencedora el 13, los mercantes apresados Uncle–Sam y Maturana el 17, por último lo hizo la Numancia el 24, donde en poco tiempo y por el cambio de dieta fueron mejorando bastante rápidamente todos.
Como anécdota, el tabaco en el viaje llegó a escasear tanto que su precio a bordo llegó a la increíble cifra de ocho duros la libra. Se aprovechó la estancia para repasar los fondos de los buques, pero a su vez las autoridades francesas se portaron muy bien, ya que al menos una vez por semana había una fiesta con música y baile. El 17 de julio zarparon con cierta tristeza de éste puerto, realizando el saludo al cañón al pabellón francés, pero esta vez el brigadier Pezuela en cuanto se perdió de vista el puerto, dio la orden para que cada buque volviera a actuar según le permitían sus características dejando de lado navegar en formación, pues aún quedaban por la proa otras mil millas, así comenzaron a entrar en la bahía de Manila, por el mismo orden anterior entre mediados de agosto y el 8 de septiembre que lo efectuó la Numancia, el recibimiento y estancia no desmereció en nada al ofrecido por las autoridades francesas, sólo que en Manila la mayor parte se hizo por suscripción popular.
La segunda división con la excepción de la Resolución fondearon en Río de Janeiro el 24 de junio siguiente.
La Numancia fondeó a su regreso en la bahía de Cádiz el 20 de septiembre de 1867, habiendo dado la vuelta al mundo, con ello fue el primer buque acorazado en lograr este título, a pesar de todo lo mencionado en dudas, dimes y diretes de marinos extranjeros, a lo cual ya estaban todos acostumbrados, sobre todo a las grandes lecciones náutica de los isleños norteños, que una vez más se quedaron con la boca abierta al saber el resultado final, que es sin duda alguna lo que vale y no las premoniciones de sus “sabios”.
Bibliografía:
Iriondo, Eduardo.: Impresiones del Viaje de Circunnavegación en la fragata blindada Numancia. Madrid, 1867. Pagada por el autor.
Compilada por Todoavante ©