Argote y Munoz de Baena, Diego de Biografia

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Diego de Argote y Muñoz de Baena Biografía


Teniente general de la Real Armada Española.

Orígenes

Vino al mundo en la ciudad de Córdoba en 1716, fueron sus padres don Pedro Argote y Aguayo, natural de Córdoba y 24 de ella, y de su esposa doña Ana María Muñoz de Baena y Salazar

Hoja de Servicios

Elevó petición y se le concedió la Carta-Orden de ingreso, sentando plaza de Guardiamarina en la Compañía del Departamento de Cádiz el 24 de diciembre de 1733. Expediente N.º 184.

Al aprobar y terminar sus estudios teóricos paso a embarcarse en diferentes buques, realizando con ellos sobre todo las navegaciones en corso, manteniendo varios combates con buques berberiscos en el Mediterráneo como en el océano.

En 1736 embarcó en la Flota de Indias al mando del general don Manuel López Pintado, verificando las arribadas a Cartagena de Indias, Veracruz y la Habana, zarpando con rumbo a la Península arribando entre los días 27 y 28 de agosto de 1737.

Fue ascendido a alférez de fragata el 23 de junio de 1740, siendo destinado a Cartagena de Indias, estando presente en la defensa que llevó a cabo don Blas de Lezo, de este importante enclave, cuando fue atacado por el almirante británico Vernon, resultando herido en 1741. Por méritos de guerra en esta defensa que ha pasado a la historia como la mayor derrota británica, se le ascendió al grado de alférez de navío.

Por estar en situación de convaleciente fue transportado a la Península donde se recuperó, al presentarse de nuevo realizó un tornaviaje al Río de la Plata y poco después otro transportando tropas a las islas Canarias.

En 1744 por Real orden del 13 de mayo se le ascendió al grado de teniente de fragata. Permaneció destinado en tierra en el Arsenal de Cádiz.

A principios de 1748 pasó embarcado a la escuadra del general don Andrés Reggio, zarpando con ella rumbo a la Habana.

Se encontraba en la ciudad de la Habana cuando le llegaron noticias al general Reggio, de que una escuadra británica al mando del almirante Knowles estaba a la espera para dar caza a la flota que era portadora de los caudales, estando al mando del capitán de navío don Juan de Egues, que debía arribar a la Habana procedente de Veracruz.

Zarpó inmediatamente la escuadra española en busca de la enemiga, al arribar el 4 de octubre de 1748 a la Sonda de la Tortuga, avistaron una goleta británica que fue apresada, al ser interrogado su capitán supo la fuerza de la escuadra del almirante enemigo que era muy superior a la suya, por lo que decidió poner rumbo a la Habana, pero no entró en el puerto, sino que se quedó a la vela en espera.

El 12 de octubre de 1748 se presentó y al divisar las velas el general Reggio ordenó formar la línea, el navío insignia español era el África de 70 cañones, comenzando el fuego éste a las 14:00 horas y a las 15:00 era ya general, los dos almirantes se enfrentaron con sus respectivos buques y antes de las 16:00 horas el insignia británico había sido puesto fuera de combate, pero los buques españoles también sufrieron, pues el Conquistador de 66 cañones había sido incendiado, y por una falsa maniobra de la fragata Galga del porte de 30 cañones, fue atacado el África por tres enemigo, por lo que siendo las 20:00 horas se encontraba el buque desarbolado de los palos mayor y mesana, pero seguía respondiendo al fuego tan duramente como al principio, por lo que llegadas las 22:00 horas los enemigos se vieron forzados a dejarlo en paz, quedando como dueño de la mar aunque muy mal tratado.

Estaba en tan malas condiciones, que el general Reggio tuvo que dar la funesta orden de darle fuego, pero primero lo acercaron a la playa de Sijiras, donde con los botes se pudo poner a salvo a todos lo que estaban con vida, más lo equipajes y documentos de a bordo. El general, el comandante del buque capitán de navío don Juan Antonio de la Colina, los oficiales y tropa se reincorporaron a la Habana a pie.

Los navíos Invencible de 70 cañones, el Dragón de 66, Real Familia y Nueva España de 60 y la fragata Galga, arribaron por sus medios al puerto de la Habana. Por parte española se tuvo a ciento seis muertos, de los que cincuenta y cuatro eran oficiales y doscientos cuatro heridos de ellos catorce oficiales. Por parte de los enemigos, sin datos.

Fueron reparados los buques, zarpando con rumbo a la Península protegiendo una flota que transportaba doce millones de pesos fuertes (plata amonedada), que fue puesta en franquicia en la bahía de Cádiz, virando la escuadra prosiguió su navegar hasta el puerto de la Coruña, donde lanzaron las anclas ya entrado 1749.

El capitán general de la Habana, que casi pudo presenciar el combate desde el malecón, al recibir los informes de los distintos comandantes y el del general en Jefe, concedió unos ascensos a los más destacados en el combate, entre ellos Argote fue ascendido al grado de teniente de navío.

Ya en la Península se le destinó a los batallones de Infantería de Marina. Y en 1757 pasó de nuevo embarcado a realizar el corso en el Mediterráneo y protección de las Flotas de Indias en el océano.

Fue ascendido al grado de capitán de fragata el 13 de julio de 1760, otorgándosele el mando de la fragata Venganza, con la que se unió a la escuadra del marqués del Real Transporte, realizando el viaje hasta el puerto de la Habana.

Cuando en 1762 se presentó la escuadra británica ante dicho puerto, Argote se encontraba en Mariel, con su fragata y en unión con el paquebote Marte, enfrentándose a una división británica compuesta de un navío, dos fragatas y varios otros buques menores enemigos, realizando ímprobos esfuerzos de valor y heroísmo, pudieron mantenerse algún tiempo pero la superioridad era tal, que ya habiendo realizado casi lo imposible por la defensa de sus buques, Argote ordenó sacar todas las armas de ellos y echarlos a pique, llegando a tierra y recorriendo el camino que distaba hasta la Habana, donde se presentaron para tomar parte en su defensa.

Pero se le dio el mando del navío Aquilón, por estar su comandante, el marqués González formando parte de la guarnición del Castillo del Morro, en el que resultó muerto; con su navío tomó parte en la defensa de la plaza, maniobrando con él y colocándolo donde más daño podía hacer a los enemigos, batiéndolos con sus fuegos, en uno de estos encuentros fue herido; cuando capituló la plaza y regresó a la Península, se había dispuesto por Real orden del 17 de diciembre del mismo 1762, que los defensores fueran repartidos entre los tres arsenales y a Argote se le destinó al departamento del Ferrol, para lo que abordó de transporte el navío Guerrero que lo trasladó a su Arsenal de destino presentándose el 3 de octubre de 1763.

Se le destinó a los Batallones de Infantería de Marina, permaneciendo en ellos hasta el 12 de marzo de 1765, por haber recibido la Real orden de ser segundo comandante del navío Poderoso, se mantuvo cruzando por las aguas atlánticas y cantábricas, pasando a realizar un tornaviaje al Arsenal de Cádiz y al arribar de nuevo a Ferrol quedó desembarcado.

Fue ascendido a capitán de navío el 15 de enero de 1766, entregándosele el mando del navío San Genaro con fecha del 5 de abril de 1767, formando parte de la expedición, compuesta además de su navío por el San Juan Nepomuceno, dos fragatas suecas, una urca holandesa, la fragata Victoria, los paquebotes: San Miguel, San Joaquín y San José, más varios mercantes, que transportaban al exilio a doscientos jesuitas para ser desembarcados en el puerto de Civitavecchia.

Pero en el trayecto sufrieron un temporal que separó a los buques, consiguiendo él arribar al puerto de San Esteban de Orvitelo el 14 de julio de 1767, con algunos de los componentes del convoy.

Zarpó de este puerto el 19 de junio y arribó al de San Lorenzo el 27, volvió a zarpar de éste el 14 de julio y arribó a Calbi en la misma fecha, zarpó el 24 y arribó a Génova el 3 de agosto, zarpando de éste el 9 para arribar al de Cartagena el 22 de mismo mes. Todo este movimiento fue impuesto por no ser admitidos en su totalidad en ninguno de los puertos visitados, por lo que tuvo que navegar de uno a otro hasta desembarcarlos a todos sanos y salvos.

Terminando el periplo porque zarpó de Cartagena el 8 de septiembre, arribando a la bahía de Cádiz el 7 de octubre, de donde zarpó con rumbo a Ferrol donde arribó el 28 del mismo mes y al hacerlo quedó desembarcado.

Se le dio el mando de la fragata Santa Bárbara el 23 de noviembre de 1768, con ella realizó incorporado en la escuadra del II Conde de Vega Florida, la campaña del canal de la Mancha, arribando a Ferrol el 31 de enero de 1769, quedando de nuevo desembarcado por pasar el buque a desarme.

Se le entregó interinamente el cargo de Gobernador Militar de Ferrol con fecha del 31 de octubre de 1770, pasando a obtenerlo en propiedad el 18 de junio de 1771, permaneciendo en él hasta el 17 de junio de 1794, casi veinticuatro años.

Durante su permanencia en este cargo, por Real orden del 15 de noviembre de 1784 se le ascendió al grado de brigadier, algo más de nueve años después por Real orden del 6 de enero de 1794 se le otorgó el grado de jefe de escuadra.

Fue tanto el crédito que alcanzó tanto entre sus compañeros, como entre la población que el mismo alcalde de Ferrol le puso su nombre a una calle de la ciudad, honor pocas veces alcanzado en la Historia estando en vida.

Como ya estaba residenciado en la ciudad y la superioridad no ordena nada más, permaneció en ella como un ciudadano más, hasta que en agosto de 1800 la ciudad y Arsenal fueron atacados por los británicos, no pudo permanecer impasible y se puso a las órdenes del Comandante General del Departamento, el general Melgarejo a quién prestó todo su apoyo y conocimientos para el buen fin de aquella atrevida maniobra. Por las acertadas órdenes y el valor sobre el terreno de muchos, se consiguió devolverlos a sus buques y que nunca más lo volvieran a intentar.

Al ser invadidos por los ejércitos napoleónicos y sobrevenir el alzamiento nacional del 2 de mayo de 1808, Argote ya muy anciano no tuvo energía para negarse a obedecer las órdenes del Rey intruso y coaccionado por ello prestó su juramento de fidelidad a José Bonaparte en 1809, contando con noventa y dos años de edad.

Siendo ascendido a teniente general por el rey Bonaparte, por su adhesión, pues era de mucho interés para él, encontrar el apoyo de generales de marina con mucha antigüedad en sus puestos.

Pero quizás y a pesar de su edad, el haberse visto obligado a jurar a quien no deseaba, es muy posible que adelantara su muerte, ya que a veces los remordimientos tienen el mismo efecto que las balas en hombres de honor. Como el que estamos tratando.

Así le sobrevino el óbito el 23 de octubre de 1810, cuando contaba con noventa y tres años de edad, de ellos setenta y siete de servicios más que honrosos a España y a su Rey.

Bibliografía:

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

Gómez, Santiago.: Por sus datos de fechas y ascensos. A quien desde aquí le agradezco sus aportaciones.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid 1873.

Válgoma, Dalmiro de la. y Finestrat, Barón de.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

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