Bermejo y Merelo, Segismundo Biografia

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Segismundo Bermejo y Merelo Biografía


Foto de don Segismundo Bermejo y Merelo. Contralmirante de la Real Armada Española. Ministro de Marina.
Segismundo Bermejo y Merelo.
Ilustración Hispano Americana.



Contralmirante de la Real Armada Española.

Comendador de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III.

Ministro de Marina.


Orígenes

Vino al mundo en la ciudad de San Fernando el 9 de marzo de 1833, siendo sus padres don José Bermejo Ugena, comisario ordenador de Marina honorario y doña María del Carmen Melero Burgo.

Hoja de Servicios

Ingreso en la Escuela Naval Militar de San Carlos, en la Isla de León, frente al arsenal de La Carraca, el 8 de julio de 1847 cuando solo hacía dos que estaba ubicada en esta población, contando con tan solo catorce años de edad. Expediente N.º 4.096.

Al aprobar los exámenes teóricos se le ordenó embarcar en la corbeta Mazarredo, navegando por todos los mares de la península, adquiriendo la formación náutica necesaria. Siendo ascendido a alférez de navío el 23 de enero de 1854.

Como era costumbre pasó a realizar servicios a la isla de Cuba, contribuyendo a combatir el contrabando y mandando ya su primer buque, el vapor de ruedas aviso Alerta.

Regresó a la península y permaneció en el Arsenal en varios destinos, hasta recibir la Real orden de ser destinado a las islas Filipinas, donde de nuevo estuvo combatiendo a la piratería joloana al mando de la goleta Santa Filomena, por ser el tipo de buque más apropiado para poder navegar por aquel laberinto que forma el archipiélago.

Por Real orden del 27 de diciembre de 1861 se le ascendió al grado de teniente de navío, posteriormente al ser dividido este grado en dos añadiéndose los de 1ª clase, se le confirmó en este último el mismo día.

Regresó a la península y se le destinó al Arsenal de la Carraca, donde recibió la Real orden del 12 de marzo de 1873 con su ascenso a capitán de fragata, permaneciendo fiel al Gobierno contra el intento de ser tomado por el proclamado cantón de Cádiz, en el que se hizo frente a una muchedumbre armada por otros regimientos, quienes atacaron con muchos medios incluida artillería al Arsenal, hasta la intervención del almirante Lobo Malagamba, (quien ya estaba retirado) en una brillante acción personal lo deshizo con sable y pistola en mano, entrando en el salón de actos del Ayuntamiento de la ciudad cuando todos los cantonales estaban reunidos.

Esto fue la consecuencia de lo narrado por don Antonio Risco en la biografía de don Pascual Cervera y Topete, éste lo vivió estando de jefe del Arsenal y Risco por estar en él, siendo por tanto una opinión de primera mano, dice:

«En estos momentos España estaba convulsionada por la proclamación de la 1ª República.» y añade:
«Siembra vientos y recogerás tempestades, dice el refrán castellano. Los vientos sembrados en 1868, habían empezado a dar abundantísimas cosechas, más de lo que desearan los sembradores.
Había rodado por el suelo el trono de España; se había ofrecido a pública almoneda la venerada corona, que ciñeron frentes tan augustas como la de Isabel de Castilla, Carlos de Austria y Felipe el Prudente, y aquella diadema, manchada por el hálito de la hidra revolucionaria, afeada por el lodo de la intriga, no pudo sostenerse tampoco sobre las sienes del duque de Aosta, del caballeroso Príncipe don Amadeo de Saboya.
Devuelta otra vez a las manos de los que se la ofrecieron, por medio de su abdicación, que era para España la más amarga de las reconvenciones que pudieran hacérsele, motejando su estado de anarquía y de inseguridad política, los padres de la patria tuvieron a bien arrinconar la milenaria joya y coronarse ellos mismos como árbitros de los destinos de una pobre nación, que recibía sin cesar, los azotes que la misma revolución, coronada ahora, estaba descargando sobre sus espaldas.»

Recibiendo por este encomiable comportamiento en la defensa del Arsenal, al igual que todos sus compañeros, galardonado por el Gobierno con el título de Benemérito de la Patria. (Acción que no es tan espectacular, ya que un militar su misión es salvaguardar a la Patria, con indiferencia del Gobernante de turno, pero esto tan sencillo y sabido por todo el que viste un uniforme, es incomprensible para los padres de la Patria, siendo la razón que ambos no miran igual a España. Unos la sirven, los otros le roban.)

Participó en la última Guerra Civil de las llamadas Carlistas, en la que tuvo el mando de parte de las fuerzas navales, proporcionando apoyo naval con el vapor de ruedas Pizarro y el resto de sus unidades, a los avances y retrocesos que tuvieron lugar en ella.

Posteriormente se le otorgó el mando de la fragata Carmen, continuando sus navegaciones por los mares peninsulares, al entregar el buque se le destinó quedó desembarcado desempeñando varios cometidos. Fue ascendido al grado de capitán de navío por Real orden del 8 de octubre de 1884, siéndole otorgado el mando de la corbeta Villa de Bilbao, era en estos momentos el buque escuela de marinería fondeada en la bahía de Cádiz.

Hombre de una vasta cultura y enamorado de las ciencias, aparte de hablar varios idiomas que le permitían incrementar sus conocimientos, por esta razón fue el que luchó por traer a España los materiales de los torpedos, tanto los de lanzamientos en puestos fijos como en las unidades navales, siendo nombrado por Real orden del 31 de octubre de 1885, Director de esta materia en el Arsenal de Cartagena donde se estableció la Escuela. Siendo a su vez el creador de la primera división de este tipo de buques.

Fue ascendiendo a capitán de navío de 1ª clase por Real orden del 30 de abril de 1891, pasando a ocupar el cargo de Director de personal en el Ministerio, por Real orden del 19 de septiembre de 1895 fue ascendido a contralmirante, ocupando el puesto de Jefe del Estado Mayor de la Armada, al dejar éste se le otorgó el mando de la Escuadra de Instrucción, con la que permaneció el tiempo de rigor en el puesto.

Por los vaivenes de la política el nuevo Presidente le llamó para tomar el cargo de Ministro de Marina, el cual juró el 4 de octubre de 1897, permaneciendo en él hasta la llegada de la noticia del desastroso combate de Cavite sufrido el día 1 de mayo de 1898, dejando la cartera el 16 al entregar su dimisión irrevocable.

Pidió licencia por no encontrase bien de salud y de hecho, le sobrevino el fallecimiento a principios de 1899, muchos dicen que por causa de haber perdido el conocimiento, como consecuencia de los dos desastres que terminaron con las últimas posesiones españolas de ultramar. (Muy posiblemente por ser conocedor del estado de los buques en ambas islas, debió de padecer lo que ahora se conoce como ‹depresión›.)

Entre otras condecoraciones estaba en posesión de las siguientes: Comendador de la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III; Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo; Cruz de Comendador de la Real Orden Americana de Isabel la Católica; Cruz del Mérito Naval de segunda clase; Cruz del Mérito Naval de tercera clase; Cruz de la Corona Real de tercera clase, alemana; Medalla de la Carraca y Medalla de la Guerra Civil, más la mencionada de Sufrimientos por la Patria.

Y como buen hombre de ciencias también utilizó la pluma, entre otras obras vieron la luz: «La Tierra.» Boceto científico: «El Doctor Juan Pérez.» Novela satírica; «Frai» Obra escrita directamente en alemán, siendo publicada por Deutsches Revue; «Impresiones de viaje.» Como referencia a la rutas entre la península y las islas Filipinas, aparte de escribir varios «Estudios militares.» sobre las defensas del Arsenal y puerto de Cartagena.

Bibliografía:

Alberto Risco, S. J.: Apuntes biográficos del Excmo. Sr. Almirante D. Pascual Cervera y Topete. Imp. Sebastián Rodríguez. Toledo, 1920.

Bordejé y Morencos, F. Fernando de.: Crónica de la Marina Española en el siglo XIX, 1800-1868 (Tomo I) Editorial Naval. Madrid, 1993.

Bordejé y Morencos, F. Fernando de.: Crónica de la Marina Española en el siglo XIX, 1868-1898 (Tomo II) Editorial Naval. Madrid, 1995.

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1968. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo 8. 1910, página, 181.

Estado General de la Armada para el año de 1859.

Estado General de la Armada para el año de 1864.

Estado General de la Armada para el año de 1871.

Estado General de la Armada para el año de 1874.

Estado General de la Armada para el año de 1880.

Estado General de la Armada para el año de 1890.

Estado General de la Armada para el año de 1893.

Estado General de la Armada para el año de 1897.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Llabrés Bernal, Juan.: El contralmirante Lobo. Su vida.- Su obra.-Su biblioteca. Ministerio de Marina. Madrid, 1927.

Lledo Calabuig, José.: Buques de vapor de la Armada Española, del vapor de ruedas a la fragata acorazada, 1834-1885. Aqualarga. 1998.

Pirala, Antonio.: Historia de la Guerra Civil. Y de los partidos Liberal y Carlista. Turner. Madrid 1984. Reedición de la que comienza en 1833 y al parecer termina, sobre 1869 a 1871.

Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

VV. AA.: El Buque en la Armada Española. Sílex. Madrid, 1981.

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