Construcción naval tercera Ordenanzas 1618

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Tercera ordenanzas de construcción naval 1618



El 16 de junio de 1618 se publican las terceras ordenanzas para la construcción naval, siendo dictadas por los mismos que las de 1613, rectificando y añadiendo razones para el mejor servicio del Rey, éstas constan de 106 artículos, haciendo hincapié en las medidas ya dictadas en las anteriores, pero ahora empiezan: «…por los navíos de nueve codos de manga y 80 toneladas y terminando por los de veintidós codos y 1.074 ¼ toneladas.» en el artículo 19 se aclara que: «…se hagan pipotes capaces de seis pipas de agua con duelas y fondos de dos pulgadas de grueso y diez arcos de hierro del grosor del dedo meñique y tres dedos de ancho, llevando los que se puedan en el plan del galeón, enterrados en el lastre, y encima la demás pipería de vino y agua, pues así queda la bodega más desembarazada para poder tomar por dentro un balazo, y en los balanceos no se romperá la pipería, como tan de ordinario sucede, faltando el agua, ni habrá que hacer pipería nueva todos los años. Durante la invernada, quitando á los pipotes el fondo por una cabeza, dándolos al fuego y enjugándolos bien, se meterán dentro las velas, sin relingas, y estarán guardadas de los ratones. Estos pipotes han de tener tres codos de largo, que es conforme al repartimiento de los baos vacíos, y en consumiéndose el agua se vuelven á henchir de la salada, con lo cual siempre estará el navío estivado y no como agora, que como la pipería ordinaría es de duela delgada, la que se pone encima abre la de abajo, con que viene á faltar el agua y la estiva, que son daños de gran consideración.» Al mismo tiempo corrobora que «…no se podrán construir para las Flotas de Indias los navíos mayores de diez y ocho codos de manga, para que entráran y salieran con seguridad por las barras de Sanlúcar y San Juan de Ulúa.» que: «…hay una cierta permisividad por existir buques construidos con anterioridad a las Ordenanzas para que puedan incorporarse a las Flotas de Indias, como fragatas, carabelas, fustas, urcas, filibotes y otros, pero siempre que se hayan construido en España, ninguno que sea extranjero.»

Sigue el ‹Tratadillo› diciendo: «De navíos de 22 codos de manga, que será de 1.200 toneladas, y acabará en 100, con memoria de la cantidad de tabla, madera y tablazón que toca á cada tonelada de cada galeón, y el tamaño y grueso de los árboles y vergas, y lo que le tocará de jarcia, cables y velas, y el peso y tamaño de las áncoras, todo igualado por toneladas, la artillería que hubiere menester, cuánta pólvora y municiones, infantería y gente de mar, y el dinero que importará el sueldo de un mes de ella…Medidas para todo porte de galeones desde 22 codos de manga hasta 14, y de 13 hasta 10, que serán pataches…El galeón de 22 codos de manga, tendrá 66 codos que es tres veces el ancho de la manga, con que será descansado y no cabeceará…De eslora de 80 y dos tercios, tiene de lanzamiento 14 codos y dos tercios, que es las dos tercias partes de la marga, y se le parten las tres cuartas partes á la roda de proa, que serán 11 codos, y la otra cuarta parte al codaste de popa, sácanse 3 codos y dos tercios. Por la parte de popa del codaste ha de llevar un contra-codaste que llegue desde el zapato de la quilla hasta la caña del timon; será de un codo de ancho por bajo, y por arriba de un sesmo, para que haga más pala el rasel y gobierne mejor. De puntal, 12 codos, y en 10 lo más ancho de la manga, y este ancho ha de llegar hasta 11 codos, sin disminuir, y luego irá recogiendo 3 codos y dos tercios al portaló á bordo del galeón, que es la sexta parte de la mancha de él. De yugo, 11 codos, que es la mitad de la manga; hánsele de poner un codo debajo de la puente, por donde se le abrirá para meter la caña del timon, y las portas de la artillería por debajo de él, con que saldrá la popa muy hermosa y sutil debajo, y no tendrá embarazo para correr.

De rasel ha de tener, de popa 8 codos y un tercio, que es tercia parte de la manga y un codo más, el cual ha de ser anchuroso para que se pueda fortificar por dentro con bulárcamas y pueda llevar en él la pólvora, como lo hacen los navíos de S. M. de la armada de Flandes y los holandeses. El rasel de proa ha de tener la cuarta parte del de popa, que conforme á nuestra cuenta, ha de ser la tercia parte de la manga, sin hacer caso de un dedo que se ha de dar de más para que gobierne mejor, y así tocará á este galeon dos codos ménos dos dozavos.»

Continuando con precisión en todas las áreas; se describe la división interna de los buques; las cubiertas y las portas; matiza: «Ho ha de llevar castillo ni alcázar, sino su puente lisa desde la cámara á proa y así se harán las faenas con más facilidad y no tendrán tantos valumes, que abren los galeones en ocasiones de tormenta, y está la gente más guardada en las peleas. La cámara ha de llevar encima de la puente, y se ha de atajar por la mesana, y cuatro codos más á proa ha de tener otro atajo, y en medio de los dos ha de ir el pinzote del timon, y la bitácora donde va la aguja de marear.», continua con las medidas de todos los palos, bauprés y vergas, su largo y ancho, así como se deben de fijar en las distintas cubiertas; la forma de envergar para poder cazar mejor el viento cuando se navega casi contra él; las medidas del timón y su grosor, para compensar el esfuerzo del piloto; el número de piezas de artillería y su calibres, con todos sus aparejos y herramientas, así como el lugar donde deben de instalarse resaltando que: «…montadas en cureñas con cuatro ruedas…para menear medio cañon son menester diez hombres, y con cuatro ruedas lo manejarán cuatro» (se llevaban con sólo dos ruedas); de la cantidad de gente dice: «Ha menester para ir bien tripulados de gente de mar y guerra un galeón de 500 toneladas, 25 infantes y 20 marineros por cada 100 toneladas, en que entran todos los oficiales y marineros, grumetes, pajes, y para cada pieza un artillero y un condestable más, que con todos hacen el número de 225 personas, soldados y marineros.»; reparto y cantidades por persona y en total de los víveres que se han de repartir en las navegaciones, basándose en que: «La ración se compone de diferentes bastimentos, y los más usados en nuestra España es pan, vino, carne, pescado, aceite, vinagre, garbanzos ó haba, y algunas veces arroz y queso.»; terminando por describir el trabajo de capitán a paje, uno a uno de la dotación.

Bibliografía:

Fernández de Navarrete, Martín.: Biblioteca Marítima Española. Obra póstuma. Imprenta de la Viuda de Calero. Madrid, 1851.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903. Tomos III y IV.

Fernández Duro, Cesáreo.: Disquisiciones Náuticas. Facsímil. Madrid, 1996. 6 Tomos.

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