Gonzalez de Haedo y Perez de Haedo, Felipe Manuel Biografia
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Felipe Manuel González de Haedo y Pérez de Haedo Biografía
Jefe de escuadra de la Real Armada Española.
Cartógrafo.
Orígenes
Vino al mundo en la villa del Puerto de Santoña, en Cantabria, el 13 de mayo de 1714, en el seno de una familia pobre en caudales, fueron sus padres don José González de Haedo y su esposa doña María Pérez de Haedo, bautizado en la Parroquia de la población de Santa María la Real del Puerto el 13 siguiente.
Hoja de Servicios
Al no disponer de posibles y no ser hijodalgo comenzó a navegar en 1727 como pilotín en la urca San Bernardo al mando de su padre, realizando navegaciones por las costas del Cantábrico, al arribar a Coruña entrado el año 1728 transbordó al navío San Francisco Javier, zarpando con rumbo a la Habana, arribando desarbolado a primeros de octubre seguido, transportando al comisario Real de marina don Juan Pinto, repararon el buque en el apostadero regresando al puerto de Santander a principios de 1729, por pasar a desarme trasbordó por orden del 1 de junio siguiente al Santiago, zarpando en conserva del Reina dando escolta a dos bombardas con rumbo a la bahía de Cádiz.
Aquí trasborda a la fragata Aránzazu en febrero de 1730, zarpando de Cádiz el 30 de junio seguido formando parte de la Flota de Tierra Firme a las órdenes del general don Manuel López Pintado, fondeando en Cartagena de Indias el 8 de agosto siguiente, realizando diferentes salidas en protección del tráfico marítimo en el seno mejicano.
Permaneció en sus aguas hasta ser entregado el navío Constante, pasando a su bordo para realizar el viaje a la Península, arribando a Cádiz en 1732 se le ordena pasar al buque a Alicante, de donde zarpa en división junto al Conquistador y León para realizar un crucero sobre el cabo de Palos, a su regreso se repite la comisión, al regresar del segundo se le ordena pasar a La Carraca para ser carenado, donde el 23 de marzo de 1733 es ascendido a segundo piloto, pasando al paquebote San Diego, formando parte de la escuadra del general don Miguel de Sada, dando escolta a la expedición con las tropas a mando del duque de Montemar y como segundo el marqués de Santa Cruz de Marcenado, para la conquista de Sicilia y Nápoles para sentar en su trono al hijo de Felipe V, don Carlos, regresando al finalizar la campaña a Cádiz en mayo de 1734, el 24 de junio seguido fue ascendido a primer piloto.
El 9 de septiembre de 1736 a bordo del navío Incendio formando parte de la flota de azogues, zarpó de la bahía de Cádiz con rumbo a Veracruz, donde fondeó el 23 de diciembre seguido, regresando a Cádiz el 28 de agosto de 1737 formando parte de la Flota de Nueva España al mando del general don Manuel López Pintado, nombrado ya marqués de Torreblanca.
Pasó al navío Europa incorporado a la escuadra del general don Benito Antonio Spínola, zarpando en junio de 1738 con rumbo a Puerto Rico y la Habana, pasando a Cartagena de Indias donde se encontraba falto de carena, al llegar la escuadra de don Rodrigo Torres el 31 de octubre de 1740, se incorporó a ella zarpando el 8 de febrero de 1741 con rumbo a la Habana, donde fondeó el 24 seguido.
Como su buque estaba en malas condiciones, fue uno de los que se quedó para reforzar Cartagena de Indias, por ello participó muy activamente en la defensa de la ciudad, al ser atacada por la gran expedición británica al mando del almirante Vernon, entre los días 15 de marzo al 20 de mayo siguiente, donde sufrió el Reino Unido su mayor desastre naval de su historia, gracias al tesón, valor y organización de don Blas de Lezo.
Demostró tanto valor que fue ascendido el 23 de marzo anterior al grado de alférez de navío, pasando por ello a formar parte del cuerpo general de la Armada.
Al retirarse los británicos pasó a la Habana en 1742, embarcando en el navío Nueva España de la escuadra de don Rodrigo Torres, quien fue relevado en 1744 por el teniente general don Andrés Reggio, realizando varios cruceros por el seno mejicano y las Antillas impidiendo el libre tránsito de los británicos, permaneciendo hasta recibir la orden de trasbordar la navío Reina en 1746, zarpando de la Habana el 9 de noviembre de 1747, dando escolta a diez mercantes cargados entre otras mercancías con 2.484.732 pesos fuerte de particulares y la Real Hacienda, arribando sin novedad a la bahía de Cádiz el 9 de enero de 1748, poco después zarpó para cruzar sobre los cabos de Santa María y San Vicente en protección del tráfico marítimo proveniente de ultramar, al regreso de uno de los cruceros en el mismo año se le otorgó el mando de la tartana francesa San Luis, comisionado para vigilar la escuadra británica acantonada en Lisboa.
En septiembre de 1749 pasó al armarse el navío América, quien en conserva del Constante zarpó de Cádiz en septiembre siguiente con rumbo a La Guaira, transportando tropas para combatir a los insurgentes de Caracas, quienes se había levantado contra la Real Compañía Guipuzcoana, donde desembarcaron a las fuerzas prosiguiendo rumbo a la Habana, para desembarcar los pertrechos de guerra que llevaban para la isla.
Zarparon el 26 de enero de 1750 a las órdenes del jefe de escuadra don Julián Arriaga de La Guaira, con rumbo a Cartagena de Indias para embarcar al virrey don Sebastián de Eslava por haber sido sustituido, arribando a la Habana el 18 de marzo siguiente, el 21 de abril seguido zarpan de la Habana cargados con mercancías y caudales, con rumbo a Cádiz donde fondean el 2 de junio continuo, poco después zarpó con destino a Cartagena dando escolta a cuatro bombardas, arribando el 11 de agosto, donde recibieron la orden de hacerse a la mar en comisión de corso por el Mediterráneo, hasta el 5 de octubre siguiente, participando en varios combates contras los corsarios de las regencias norteafricanas.
En 1751 continuó con la comisión de corso, al regreso de unos de sus cruceros se le notificó su ascenso por Real orden del 28 de octubre al grado de teniente de fragata, el 16 de noviembre en conserva del navío Dragón zarpan de la bahía de Cádiz, al mando ambos de don Pedro Stuard, sobre el cabo de San Vicente avistaron dos velas, recibiendo al orden de navegar de vuelta encontrada, al estar a tiro de cañón vieron que era el Danzing y el Castillo Nuevo de la regencia de Argel, comenzando un nutrido fuego, el cual por mantenerse fuera del alcance de los enemigos, el combate se alargó entre los días 28 de noviembre hasta el 1 de diciembre, siendo hundido el primero quien protegió al segundo al interponerse, logrando escapar.
Prosiguió a bordo de mismo navío realizando transportes a las islas Canarias y cruceros sobre las Azores, al regreso de uno de ellos se le entregó la Real orden del 20 de mayo de 1754 con su ascenso al grado de teniente de navío, el 5 de septiembre de 1755 embarcó el nuevo virrey de Nueva España, marqués de las Amarillas zarpando junto a los Dragón e Infante con rumbo a Veracruz, fondeando en noviembre siguiente, su regreso lo efectuó junto al Asía y Fuerte, entrando en la Habana de donde volvió a dar la vela arribando a Cádiz el 6 de agosto de 1756.
Poco después se le ordenó trasbordar a la fragata Hermione, zarpando con azogues con rumbo a Veracruz, regresando a la bahía de Cádiz a principios de 1757, más tarde recibió la orden de trasbordar al navío Castilla, zarpando en marzo en conserva del España, en comisión de cruzar sobre los cabos de Santa María y San Vicente en protección del tráfico marítimo de ultramar, al regresar se le comisionó como transporte de tropas para el relevo de las estacionadas en las islas Canarias.
A principios de 1758 se le ordena trasbordar al navío Poderoso, incorporado a la escuadra de don Andrés Reggio, en comisión de corso contra las regencias norteafricanas, pasando por orden al Guerrero en 1759, quedando incorporado a la escuadra del general don Juan José Navarro, zarpando con rumbo a Nápoles para transportar al nuevo rey don Carlos III y su familia a Barcelona fondeando el 16 de octubre siguiente, regresando a la bahía de Cádiz.
En noviembre de 1760 se le otorga el mando del navío Arrogante, pasando a Ferrol a tomar el mando, con la comisión de dar protección a los dieciocho navíos fondados en la ría, permaneciendo al mando el año de rigor, recibiendo la orden de mayo de 1761 de trasbordar al Dichoso, zarpando de transporte de tropas rumbo a Cartagena de Indias, se le dio la orden de desembarcar por ser nombrado capitán de la Maestranza, donde debía de ser recorridos varios buques, al terminar su trabajo con todos los parabienes embarca con destino a la Habana, embarcando algo después en el primer buque disponible regresando a la bahía de Cádiz en 1764.
En 1765 embarca en el navío Princesa zarpando a mediados de junio formando parte de la escuadra de don Juan José Navarro, con destino a Nápoles y Palermo para embarcar con rumbo a la Península a la princesa María Luisa de Parma, para contraer nupcias con el príncipe de Asturias, después don Carlos IV, arribando a Cartagena el 11 de agosto seguido.
Por Real orden del 25 de enero de 1766 se le asciende al grado de capitán de fragata, embarcando más tarde como Segundo en el navío Firme, zarpando de la bahía de Cádiz a mediados de 1766 con rumbo a Veracruz, dando la vela el 19 de noviembre en conserva de la Flota de Nueva España, entrando en la Habana para ser cargado con caudales, zarpando de nuevo y arribando a la bahía de Cádiz junto a dos mercantes el 2 de julio de 1767.
A pesar de su grado se le otorgó el mando del mismo navío a los pocos días de su arribada para llegar a Ferrol, en su derrota avistó seis jabeques moros con una presa, a pesar de la diferencia de velocidad pudo al menos ponerlos en fuga y para ello debieron de abandonar a la barca capturada, dándole escolta hasta arribar a Ferrol, donde quedó incorporado al departamento, realizando cruceros de protección al tráfico marítimo.
Por real orden del 23 de noviembre de 1769 se le otorga el mando del navío San Lorenzo, zarpando a los pocos días con rumbo al Callao dando escolta a otros mercantes, fondeando el 20 de mayo de 1770.
Por noticias recibidas por el virrey don Manuel de Amat y Junyent de merodear buques británicos por sus aguas, se le asciende el 22 de octubre al grado de capitán de navío, recibiendo la orden de zarpar junto a la fragata Santa Rosalía y verificar la situación, dando la vela el 10 de octubre seguido, las noticias eran difusas por el desconocimiento exacto de las islas, a pesar de ello y por su gran profesionalidad de navegante arribaron a una isla no situada en mapa alguno, por ello la bojearon primero, buscando al mismo tiempo un lugar donde poder fondear sin riesgos, cotejando los documentos supusieron era la bautizada como David, sí les llamó la atención las esculturas de piedra que parecían como muy altas.
Para mejor saber donde estaban fue situada la isla con gran exactitud, al completar el bojeo verificaron que solo podían fondear en dos ensenadas, las bautizadas como González (por su apellido) y San Juan, fondearon y desembarcaron los hombres reconociendo el lugar, al no constar en ningún mapa anterior y como toda expedición al encontrar algo nuevo, formaban parte de las dotaciones unos frailes quienes realizar el ritual de bautizarla como San Carlos, en nombre del rey don Carlos III, verificado todo y analizados los mapas levantados, incluido un pequeño diccionario español-rapanui con algo menos de cien palabras, pues sus habitantes eran gentes muy pacíficas, al mismo tiempo se colocaron en lugares bien visibles desde la mar tres cruces, símbolo de la pertenencia a España, levando anclas y largando velas pusieron rumbo de nuevo al Callao donde arribando el 29 de marzo de 1771. La isla no es otra que la actual denominada, Pascua.
Él mismo nos narra escuetamente, como si estuviera sacado del diario de abordo de la expedición:
Se le entregaron al virrey todos los mapas y unos escritos con la explicación de la isla, sus productos, formas de vida y de vestir así como su alimentación, resultando de gran provecho al ser publicadas, pues el mismo Cook se aprovechó de ellas para su gran viaje de exploración, ya explorada.
Realizó un crucero por el mar de Sur, al arribar al Callao se le ordena embarcar en su buque 3.271.628 pesos, 571 quintales de cobre y otras mercancías, quedando incorporado a la división al mando de don Antonio de Arce, con insignia en el navío Septentrión, siguiéndole el Astuto más las fragatas Liebre y Santa Rosalía, dando la vela el 18 de enero de 1772, doblando el cabo de Hornos con rumbo a la bahía de Cádiz, en la derrota un temporal sufrido el 27 de febrero seguido quedaron separados, arribando a la bahía de Cádiz el 18 de julio siguiente, comenzando el desembarco de los 7.992.043 pesos fuertes y demás mercancías de toda la escuadra.
A finales de 1774 recibió la orden de pasar a la Habana, por serle otorgado el mando del navío San Miguel construido en el arsenal, el 28 de junio de 1775 estaba al mando de su buque, dando la vela en conserva del Astuto en protección a un convoy con rumbo a la bahía de Cádiz, fondeando a mediados de septiembre, quedando incorporado a la división al mando del brigadier don Juan de Lángara, formada por el Oriente y San Eugenio, por existir en ese momento dos tipos de construcción, zarparon en noviembre para probar al San Miguel, al parecer no fueron muy satisfactorios los resultados.
Esto no fue óbice para recibir la orden de cruzar el océano con rumbo a la Habana ese mismo año, aprovechando en la misma división al pasar por el cabo de San Vicente, repetir las pruebas de mar, de las que confirmaron la impresión anterior, llegando a dar al buque por inservible, pero continuó viaje, regresando a la bahía de Cádiz en la primavera de 1776. Pero todo causado por algún error, pues en 1779 el buque demostró estar en perfectas condiciones.
Por Real orden del 8 de junio de 1778 se le otorga el mando del San Isidoro, perteneciente a la escuadra de don Miguel José Gastón, entregando el mando en junio de 1779 a don Diego Quiroga, quedando desembarcado.
Al regresar la escuadra del don Luis de Córdova de su primera campaña sobre el canal de la Mancha el 31 de enero de 1780, el navío Serio había sufrido un duro temporal pasando a ser recorrido en La Carraca, quedando alistado a medidos del mismo año siéndole otorgado el mando, por seguir a las órdenes de don Luis de Córdova participó en la segunda campaña del canal de la Mancha, a su regreso quedó incorporado al bloqueo de Gibraltar, tomando parte el 9 de agosto siguiente en el apresamiento del gran convoy británico, donde fueron capturados cincuenta y dos de los cincuenta y cinco buques que lo formaban, continuó en el bloqueo y formó parte de las fuerzas que efectuaron el 13 de septiembre de 1782 el ataque de las baterías flotantes, desafortunado sobre todo al empezar a arder por el efecto de las balas rojas que disparaban los británicos, teniendo que acudir en auxilio de las dotaciones, así como el 20 de octubre continuo participar en el combate del cabo Espartel contra la escuadra del almirante Howe, en el que sufrió dos muertos y dos heridos.
Por Real orden del 21 de diciembre de 1782 se le ascendió al grado de brigadier, siendo destinado de nuevo a las costas de virreinato del Perú, donde estuvo dirigiendo tanto desde tierra como a bordo, las campañas en contra la piratería ejercida sobre todo por el Reino Unido, permaneciendo en su puesto hasta recibirla orden de regresar a la bahía de Cádiz en 1787.
Se encontraba en la ciudad cuando le fue entregada la Real orden del 21 de septiembre de 1789 con su ascenso al grado de jefe de escuadra, quedando destinado en el mismo Departamento.
Poco más tarde dada su edad elevó petición para quedar exonerado de mando, por encontrarse enfermo y muy cansado, S. M. lo acepto por los grandes servicios prestados, quedando de cuartel en la ciudad de Cádiz.
Encontrándose en su casa falleció el 27 de octubre de 1792, cuando contaba con setenta y ocho años de edad, de ellos sesenta y cinco de incansables excelentes servicios a España.
Sin olvidar que su carrera la comenzó desde el escalón más bajo, llegando casi al máximo, con tesón, valor y constancia.
Bibliografía:
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Fernández Duro, Cesáreo.: Viajes Regios por Mar en el transcurso de quinientos años. Sucesores de Rivadeneyra. Madrid, 1893.
Ferrer del Río, Antonio.: Historia del reinado de Carlos III en España. Impta. Sres. Matute y Compagni. Madrid, 1856. 4 Tomos.
Lezo Olavarrieta, Blas de.: Diario de lo acaecido en Cartagena de Indias del 13 de marzo al 20 de mayo de 1741. Es copia del original en poder del Marqués de Ovieco, transcrito por don Martín Fernández de Navarrete el día 14 de abril de 1828. Museo Naval. Madrid.
Mellén Blanco, Francisco.: Manuscritos y documentos españoles para la historia de la isla de Pascua. La expedición del capitán D. Felipe González de Haedo a la isla de David. CEDEX. Madrid, 1986.
Stuart y Portugal, Pedro.: Relación de los principales acaecimientos entre el navío Dragón y América con el Dancik de Argel el día 28 de Noviembre de 1751. Madrid, 1952. Edición de 100 ejemplares, el nuestro es el 75.
Terrón Ponce. José L.: El Gran Ataque a Gibraltar de 1782 (Análisis militar, político y diplomático). Ministerio de Defensa. Madrid, 2000. Premio Ejército 1999.
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VV.AA.: Virreyes Marinos de la América Hispana. Instituto de Historia y Cultura Naval. Cuaderno nº 40. 2002.
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